Año: 2014
Sello: Sentient Ruins Laboratories
País de origen: USA
Llega un momento en el que las subdivisiones
de diferentes géneros terminan por confluir en un mismo punto. La razón de
dichas fusiones se encuentra en la necesidad de crear cosas nuevas basadas en
otras no tan nuevas, o bien en cosas más bien viejas. En la necesidad de
mantener la música pesada viva, activa, en movimiento. En la necesidad de que
este tipo de música continúe perpetuándose en el tiempo. Y de seguro hay más
motivos, pero no da para extenderse más allá. A lo que voy es que hoy es más
normal que nunca antes encontrarse con géneros como el Black y el Sludge, por
citar tan sólo un ejemplo, fusionados en pos de obtener algo diferente, aunque
suene muy similar a cosas que ya hemos escuchado. Pero la mixtura de estilos
aporta nuevos aires, abre caminos, y hasta quizás inspire a sacar a la luz
nuevas ideas, revolucionarias y audaces. American obtienen su personalidad de
la mezcla de los estilos antes citado. Fusionándolos es como llegan a su
identidad, a su estilo. Tanto Black Metal hay aquí como Sludge, sin detenernos
a analizar la graduación en la que cada uno de los elementos es utilizada para
obtener el resultado final. Pueden ir tan rápido como cualquier banda blacker,
o bien pueden ir de manera lenta y arrastrada, como si de golpe se convirtieran
en un grupo de Sludge. La cuestión es que ni son un grupo de Black Metal, ni se
convierten en una banda de Sludge: en todo caso, son todo esto a la vez. Así
podemos encontrar momentos en donde el dúo explota con ritmos atronadores, con
una batería que pega a toda velocidad, mientras la guitarra irradia maldad
gracias al endemoniado rasguido de las 6 cuerdas, como así también encontramos
pasajes lentos, pantanosos y desesperantes, lo contraposición de lo primero.
Sin embargo, el disco debut no es un Frankenstein musical en donde las partes
están unidas, pero de manera inconexa, como si cada elemento fuera un miembro
de un cuerpo diferente unidos a la fuerza. Hay una cohesión bien hecha, inteligente
y bien elaborada. Gradualmente te llevan de un lado a otro sin avisarte hacia
dónde te van a llevar, aunque siempre dan pistas que te anticipan que se
avecina el cambio. Y esa es justamente la mayor virtud de Jimmy (batería y voz)
y Mike (guitarra, bajo y voz): saber cómo ensamblar las partes sin que se noten
las costuras.
En cuanto a los sentimientos y emociones que
predominan aquí, encontramos todo eso que permiten que el Black y el Sludge
pueden aunarse más allá de lo musical: misantropía, odio, decadencia, locura,
violencia y maldad. Todos estados inherentes a la música de un dúo que aparece
en escena con su primer disco, un álbum que no alcanza el brillo que aparenta
tener apenas comienza a sonar la primera canción, pero que posee un atractivo especial
e inquietante, y que deja expectativas altas para su próximo trabajo.
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