Año: 2012
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Francia
Joder! Cómo se me pudo haber pasado esto?
Desconocía la existencia de esta banda, hasta que Jan de Lavadome me puso al
tanto, enviándome la edición digital de este excelente álbum. Death Metal
sombrío, complejo e hipnotizante es el que ofrecen estos franceses. Un Death
Metal con una fuerte y oscura carga religiosa, que se traduce en pasajes en
donde coros monásticos irrumpen majestuosos, para darle un aura perturbadora a
un disco que ya de por sí es muy amenazador. Con influencias de bandas como
Nile, Morbid Angel, y alguna similitud con sus compatriotas de Svartcrown,
aunque dueños de una personalidad original hasta decir basta, los oriundos de
Nantes se las ingenian para innovar usando elementos que están ahí, al alcance
de la mano, pero que la mayoría de los grupos de Death Metal desprecian tal vez
por considerar que pondrían en peligro su condición de Brutales. Craso error,
pues la brutalidad puede residir en cualquier elemento en el cual haya un
germen de violencia inserto. Y la virtud está en saber explotar ese germen y
transformarlo en algo grande, en algo monstruoso. Allí está una de las virtudes
de esta joven pero promisoria banda: toman los cantos entonados por monjes en
ritos religiosos de distintas índoles, pero igual de oscuros sin importar el
marco. Toman atmósferas y melodías del Black Metal de los viejos Mayhem y
Dissection, los incrustan en lugares precisos, los funden en medio del
torbellino de Death Metal. Agarran cosas del Metal más denso y atmosférico, de
tintes apocalípticos, sin importar la etiqueta. Todo sirve, todo se transforma,
todo termina sonando a AthanaTheos.
“Alpha Theistic” es un crescendo colosal,
deslumbrante. A medida que transcurre la obra la tensión crece. Ello es fruto
de la creatividad de un puñado de músicos muy inspirados. De no ser así, de no haber estado en un brillante nivel de inspiración, crear un disco como este no
hubiera sido posible. Pero volviendo al crescendo, todo disco que se precie de
poseer tan singular cualidad, debe alcanzar su climax con la última canción, y
esta no es la excepción a la regla. Por eso lo mejor llega al final, con ese
soberbio opus de 16 minutos llamado “The Soul's Congregation (Soul Injected
Part II)”, composición que pasea al oyente por todos los estados y lugares por
los cuales las mentes de estos franceses pasaron durante la creación de “Alpha
Theistic”. Una creación inspirada por Deidades o monstruosidades…o ambos. Da
igual, pues lo que aquí importa es la música. Y si hay algo que sobra en ese
disco, es buena música.
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