Año: 2012
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: India
A veces uno se topa con definiciones y/o
clasificaciones que nada tienen que ver con la realidad. Mi primer contacto con
esta banda fue a través de la gacetilla de prensa que me envió Kunal (de
Trascending Obscurity). En la misma se habla de esta banda usando la etiqueta
Libero Metal, algo que me resultó llamativa por lo novedosa de la etiqueta.
Según la gacetilla, dicho estilo combina Thrash, Power Metal, Metal Moderno y
hasta algo de Death Metal, con contrastes marcados entre los momentos más
poderosos y los pasajes más claros y emotivos. Pero, y más allá de amalgamar diferentes estilos, lo de Libero Metal viene de la necesidad de la banda de no apegarse a estructuras rígidas. Hasta ahí, todo bien. Pero resulta que ingresé a Metal-Archives y me dí con que, según la gente de ésta
página, Rectified Spirit hacen Metalcore. Nada más lejos de la realidad, pues
si bien Rectified Spirit no tienen prejuicio alguno que les impida incorporar
elementos de dicho estilo, e incorporarlos a su música, lo cierto es que decir
que ésta banda de la India
hacen Metalcore es un error. Pero, y yendo ya a lo estrictamente musical: ¿por
qué es un error decir que hacen Metalcore? Porque el Metalcore es un estilo que
ha dado sobradas muestras de ser muy limitado, porque se agotó, se consumió a
sí mismo hace rato, y porque carece de todas las virtudes exhibidas por esta
banda en éste, su primer disco. Virtudes que encontramos en las estupendas
vocalizaciones de Rainjong Lepcha, un cantante dúctil y poderoso, quien por
momentos canta usando un timbre de voz que me recuerda a Geoff Tate (sí, el
otrora cantante de Queensrÿche). Virtudes que salen a la luz gracias al
exquisito trabajo hecho por Samudragupta Dutta, un guitarrista versátil, que
elige cuándo usar su guitarra como si fuera un arma, y cuando acariciar las
cuerdas de su instrumentos como si estuviera usando una pluma en vez de una
púa. Y, cómo no, la base rítmica, sosteniendo y confirmando todo lo hecho por
la voz y la guitarra, aportando sobriedad y firmeza, dureza y sofisticación en
iguales dosis. Y no me olvido de las canciones, verdadero fuerte de ésta banda.
Ahí es donde surge lo mejor de este cuarteto, ahí es donde la capacidad de
estos músicos encuentra su punto más álgido. Desde Heavy Metal (con influencias
de Judas Priest, Queensrÿche, Riot, entre otros) hasta Thrash (en su formato
más melódico), pasando por Groove Metal, algún que otro riff en donde
encontramos toques de Metalcore, Power Metal agresivo pero lleno de melodía, y
hasta momentos en donde sacan a relucir soberbias instrumentaciones dignas de
una buena banda de Metal Progresivo.
¿Más virtudes? Lo homogéneo que es éste
trabajo, el nivel exhibido en todo el disco, sin altibajos, sin puntos débiles.
Aun sin ser un álbum inolvidable ni genial, este debut autotitulado entusiasma,
entretiene y hasta llega a deslumbrar con esa preciosa pieza maestra llamada
“Mother”, canción que recuerda a lo mejor y más elegante del viejo Queensrÿche.
Y de paso, es un disco que sirve para confirmar algo: en Asia está el futuro
del Metal. No sólo en la India :
en todo el Continente aparecen bandas que están en condiciones de triunfar en
Europa, y que pueden ir a USA y hacer que las mandíbulas de los norteamericanos
golpeen contra el piso. Rectified Spirit son una clara prueba de ello, no tengo
duda alguna.
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