Año: 2013
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Argentina
Si hablamos de Black Metal, y si hablamos
de Black Metal en Argentina, soy de los que piensan que la movida blacker
argentina es más bien pobre. Pobre en lo musical, en lo ideológico, y en otros
aspectos menos relevantes también. Por suerte, y al igual que me sucede con el
Black norteamericano, siempre encuentro alguna banda o proyecto que me hace
cambiar de parecer, al menos por un rato. Elysium está dentro de ese pequeño
grupo de bandas blackers argentinas que despiertan interés y entusiasmo en mí.
Sin hacer nada que me sorprenda, pero provocando respeto hacia el creador de
este trabajo. Samael es el responsable de todo esto (composición, voces,
instrumentos todos, etc), y a quien me refiero cuando hablo de respeto. Por
demostrar que hace lo suyo con seriedad, dándole mayor importancia a la música
que a las poses exageradas y poco creíbles (poses tan sobreactuadas, que hasta
parecen ser caricaturas), haciendo buena música, y preocupándose por presentar
su propuesta de manera sobria pero sin perder de vista que, al fin y al cabo,
esto es Black Metal. Por lo tanto, hay características propias del género que
están presentes ya desde la presentación misma de la obra, y que, gusten o no,
hacen a lo que es el género. Mas en este caso, todos esos elementos
tradicionales del género no causan ni gracia (o burla, para ser más sincero),
ni hastío ante la obviedad de su existencia. No, nada de eso sucede, pues
Elysium es lo que debe ser, y listo. Y lo que es Elysium se puede corroborar
yendo a lo esencial: su música. Ahí queda de lado toda la parafernalia, los
accesorios vuelven a ser justamente eso, y se llega a la verdad. La verdad, en
este caso, se encuentra en 7 canciones que denotan la pasión de Samael por el
Black Metal oscuro, frío y misántropo, pero que nunca renuncia a las buenas
melodías, y que encuentra su punto de partida en buenos riffs, los cuales son
convertidos en canciones más que correctas.
Influencias del Naglfar (y de Dissection,
claro), más toques de crudeza que permiten encontrar un balance entre la
melodía y la furia, sin que ninguna se interponga en el camino de la otra. El
único punto flojo que encontré son los solos, algo desprolijos, detalle a
corregir si se busca llevar la propuesta musical al siguiente nivel evolutivo.
Mas, y en líneas generales, Elysium agrada, convence y genera expectativas. No
desmesuradas, pero expectativas al fin. Y eso, tratándose de un género al cual
siempre le faltó explotar en nuestro país, eso es algo realmente positivo.
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