miércoles, 18 de junio de 2014

Brutal Blues - Idem


Año: 2014
Sello: Selfmadegod records
País de origen: Noruega

¡Fuck Yeah! ¡Qué disco más vicioso y adictivo, maldita sea! Lo digo hoy, y no creo que vaya a cambiar de opinión: lo que el disco de Antigama fue para el Grindcore en el 2013 (hablo de esa obra maestra llamada "Meteor"), lo es el disco debut de Brutal Blues en el 2014: un disco revolucionario, un punto de quiebre en la historia del género. Claro que tras ver los nombres de los responsables de esta estupenda creación, todo me cerró, el círculo fue perfecto. Se trata de Steinar, el cerebro detrás de Parlamentarisk Sodomi (una de las mejores bandas de Grindcore que he conocido en lo que va del siglo), Psudoku y BxSxRx, quien se encarga de la guitarra y la voz, y Anders, a quien vengo siguiendo por su trabajo junto a Noxagt (amantes del Noise y la experimentación sin límites, no se pierdan esa banda, por favor), y que aquí se hace cargo de la batería y la voz -trabajo compartido con Steinar-. ¿Dije voz? Bueno, en realidad son voces; o mejor dicho "Voces", pues el tratamiento vocal que este dúo es de lo más psicótico, anormal y y desconcertante que escuché en mucho tiempo. Es como si 2 pacientes psiquiátricos se pusieran a experimentar con sonidos espaciales, pero llevando a cabo dicho experimento desde el confinamiento en un manicomio. Obvio, la música suena acorde a semejante locura, aunque resulte ser un poco más "normal". Si bien lo de Brutal Blues es Grindcore, y si bien por momentos hay indicios de ir por senderos un poco más convencionales, lo cierto es que Brutal Blues siempre encuentran la manera para salirse de los moldes tradicionales del género, para abrir nuevas brechas y transformar lo clásico en algo desafiante y renovador. Digamos que toman parte de la inventiva (y la audacia) de Discordance Axis, pero van más allá y rompen parámetros con ritmos tomados del Mathcore (o de Dillinger Escape Plan, si así lo prefieren), algún que otro toque rítmico cercano al Jazz, fruto de alguna zapada demencial, ritmos acelerados hasta provocar un ataque de locura en el oyente, y sonidos tan estridentes como asfixiantes. Brutal Blues, lejos de ser un grupo de Blues, es de lo más brutal y valiente que uno puede encontrar hoy en día, en este mundo en donde los convencionalismos están a la orden del día, y las modas valen más que la creatividad y la autenticidad.
El debut discográfico de Brutal Blues es breve (no sé si supera los 15 minutos), violento, adictivo, estremecedor y desestabilizador. Es la clase de discos que uno quisiera encontrar más seguido, pero que lamentablemente se encuentran ocasionalmente en esta escena saturada de grupos que se limitan a copiar fórmulas ajenas. Y además de eso, es uno de los mejores discos del año, sin lugar a dudas.

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