martes, 26 de noviembre de 2013

Phyrexian - ¿Qué Somos?


Año: 2010
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Argentina

Si hablamos de Punk y ramificaciones, lo mío siempre ha ido por el lado más duro del género. Ya sea con la enorme explosión Punk del 77 (siempre he sido más fan de bandas como The Dead Boys o los Pistols que de Buzzcocks o The Clash, aunque todos estos grupos me encantan), o bien con todas las posteriores explosiones dentro del género, siempre me ha resultado mucho más atractivo el costado más rudo y jodido del Punk, antes que las alegres melodías de determinadas bandas californianas, cuyo sol radiante parece hacer mella en el estado de ánimo de quienes practican ese tipo de Punk menos violento y más agradable al oído. Sin embargo, mis gustos no me impiden apreciar algo ubicado en las antípodas de mis preferencias. Phyrexian, grupo argentino de Punk Rock, encaja dentro de los parámetros del Punk californiano, o para ser más exactos, dentro de los márgenes del lado menos salvaje y más entrador de dicha escena (no nos olvidemos que bandas realmente duras como The Germs, Circle Jerks y Black Flag son de California). De entrada no me gustaron ni un poco, para ser sincero. Mas con las sucesivas escuchadas les fui encontrando su encanto a este disco. Con claras influencias de bandas como NOFX (aunque en una versión menos Hardcore), mezclado con elementos más propios del Punk hecho en argentina (tienen esa cosa barrial que es característica en muchas bandas argentinas), el trío integrado por Boomer (guitarra y voz), Fernando (bajo, coros y voz principal en 5, 8 y 10) y Nacho (batería) se las ingenia para dar vida a canciones gancheras, de espíritu adolescente y bastante energía. Letras que versan sobre cuestiones sociales, políticas y demás, matizadas con la rabia callejera típica del Punk, y un sonido no muy estridente y sí bastante claro.
Un disco entretenido, en pocas palabras, que seguramente resultará más que agradable para los oídos habituados a este tipo de canciones en donde la energía y la melodía conviven sin inconvenientes. Yo, por mi parte, admito que el disco me resultó agradable, tras varias pasadas. Claro está, mejor elogio que ese difícilmente salga de mi, amante empedernido del ruido a cualquier precio. Pero ¿eso me impide aceptar que Phyrexian me han divertido un buen rato? Para nada.  



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