Año: 2010
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Argentina
Si hablamos de Punk y ramificaciones, lo mío siempre ha ido
por el lado más duro del género. Ya sea con la enorme explosión Punk del 77
(siempre he sido más fan de bandas como The Dead Boys o los Pistols que de
Buzzcocks o The Clash, aunque todos estos grupos me encantan), o bien con todas
las posteriores explosiones dentro del género, siempre me ha resultado mucho
más atractivo el costado más rudo y jodido del Punk, antes que las alegres
melodías de determinadas bandas californianas, cuyo sol radiante parece hacer
mella en el estado de ánimo de quienes practican ese tipo de Punk menos
violento y más agradable al oído. Sin embargo, mis gustos no me impiden
apreciar algo ubicado en las antípodas de mis preferencias. Phyrexian, grupo
argentino de Punk Rock, encaja dentro de los parámetros del Punk californiano,
o para ser más exactos, dentro de los márgenes del lado menos salvaje y más
entrador de dicha escena (no nos olvidemos que bandas realmente duras como The
Germs, Circle Jerks y Black Flag son de California). De entrada no me gustaron
ni un poco, para ser sincero. Mas con las sucesivas escuchadas les fui
encontrando su encanto a este disco. Con claras influencias de bandas como NOFX
(aunque en una versión menos Hardcore), mezclado con elementos más propios del
Punk hecho en argentina (tienen esa cosa barrial que es característica en
muchas bandas argentinas), el trío integrado por Boomer (guitarra y voz),
Fernando (bajo, coros y voz principal en 5, 8 y 10) y Nacho (batería) se las
ingenia para dar vida a canciones gancheras, de espíritu adolescente y bastante
energía. Letras que versan sobre cuestiones sociales, políticas y demás,
matizadas con la rabia callejera típica del Punk, y un sonido no muy estridente
y sí bastante claro.
Un disco entretenido, en pocas palabras, que seguramente
resultará más que agradable para los oídos habituados a este tipo de canciones
en donde la energía y la melodía conviven sin inconvenientes. Yo, por mi parte,
admito que el disco me resultó agradable, tras varias pasadas. Claro está,
mejor elogio que ese difícilmente salga de mi, amante empedernido del ruido a
cualquier precio. Pero ¿eso me impide aceptar que Phyrexian me han divertido un
buen rato? Para nada.
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