martes, 10 de septiembre de 2013
Hela - Broken Cross
Año: 2013
Sello: Marchalenta Records
País de origen: España
Más que grata sorpresa me llevé al darle play al debut de estos españoles. No estoy muy empapado sobre la escena Doom o Stoner de ese país, pero tras escuchar esta joya estoy obligado a empezar a prestarle más atención, no todos los días se desayuna uno con semejante producción, (la que a mi parecer desde ya apunta para disco Doom del año), ni muchas bandas son capaces de despertar al mundo de esa manera. Pero para conocer un poco más de este proyecto vale volver un poco atrás y situarse en “The Sand Collector”, banda stoner rock en la vena de Spiritual Beggars, Clutch o Alabama Thunderpussy, que alcanzó a grabar “Lord Of The Sun”, disco que recolectó muy buenas críticas de la prensa y blogs especializados, y que tras la partida de su cantante Pepa Belda y consecuente incorporación de Isabel Sierras, cambian su nombre y oscurecen su propuesta llevándola hacia los pantanosos terrenos del Doom. El resultado es el enorme “Broken Cross”, contundente, oscuro, psicodélico de a ratos, hardrockero en iguales dosis (las suficientes), todo eso sostenido por una base rítmica gorda, monolítica, los cimientos que toda obra monumental precisa. Los encargados y responsables: Julián Velasco (Muerte Por Mil Cortes, Nahrayan, Quebranto) a las guitarras, Miguel Fernández (Nahrayan, Quebranto, Throne On Mars) a la batería y Tano Jiménez al bajo. Riffs sabáticos a medio tiempo dan comienzo a la función, corte y cambio de ritmo marca Iommi pero siempre manteniendo su marcha cansina, el headbanging no se hace esperar, el gancho está ahí, pesado, potente. El disco abre con uno de sus puntos álgidos y es cuando la voz de la dama entra en escena que la obra comienza a tomar altura. Esas voces femeninas son una debilidad para mí, esas que a modo de mantra aportan el misticismo y tiñen de una oscuridad “rituálica” a la obra en cuestión cautivando al oyente, diferenciándose de aquellas pretenciosas voces cuasi líricas-poperas que supieron inundar y empalagar el mundo del metal durante la década pasada (algunos no se rinden e insisten con la fórmula que enzarza la estética de la cantante por sobre su virtud o cualidad musical). Siguiendo el camino de Witch Mountain, The Devil’s Blood, Jex Toth, Castle, Royal Thunder entre otras bandas del estilo que cuentan con voces femeninas con los ovarios bien puestos (más que el escote), el trabajo de Isabel es notable, envuelve con su calidez y guía la procesión a través de oscuros montes de espinas, se puede decir que es ella misma quien oficia el ritual, la portadora de la antorcha y esta vez el cliché de la doncella sacrificada cambiará de víctima, será el oyente quien tome su lugar hipnotizado por la melodía de los coros, difícil abstraerse. El solo de guitarra simple, justo, preciso, con aires bluseros (como a lo largo de todo el redondo) aporta esa estocada final para terminar de desangrar a la víctima. El primer tema, ese que abre un álbum generalmente es la tarjeta de presentación, el que anticipa lo que será el resto de la producción (no siempre es así, o resulta engañoso, pero ese es otro tema), y con semejante presentación me quedo hasta que se derrame la última gota de sangre. “The Wicked King” arranca con un riff más hardrockero, a lo Royal Thunder, poderoso, ganchero, de esos que incitan a seguir la base rítmica golpe a golpe sobre la mesa. La voz, doblada en el momento justo le da mayor profundidad a la atmósfera invitando a corear “The Wicked King” con una sonrisa maquiavélica de oreja a oreja y con los puños al aire cual himno de guerra.
“Slave Of The Wich” y “March Of The Minotaurs” continúan con la tónica del primer tema, oscuros, por momentos más arrastrados, apretando la marcha o volviéndose más psicodélicos cuando es necesario, la procesión continúa y es en estos momentos cuando te das cuenta que será tu pescuezo el próximo que aporte su sangre a la causa. La cosa se pone jodida y ya no hay marcha atrás, si hasta puedes ver a los minotauros marchando a tu lado custodiando al proclamado cordero.
“Black Eagle” vuelve a tomar la fuerza que nos habían mostrado pistas atrás con “The Wicked King”. Ves al carroñero negro acechando desde arriba y sabes que la suerte ya está echada, así por lo menos te lo da a entender el cuarteto alicantino, a fuerza de contundentes riffs y una base que no deja nunca de sonar tan heavy como oscura. Las cadenas que arrastrabas ahora te inmovilizan arriba del altar, todo indica que el final está cerca.
Todo ha pasado muy rápido, te sientes a punto de ser ofrendado a la voracidad de Hela, la oscuridad te ha envuelto por completo con su fétido manto y la serenidad ahora es verdaderamente siniestra. El ritual llega a su clímax en “Flesh Ceremony”, la voz proclama el conjuro y da comienzo la ceremonia de la carne. Sangre se derrama desde tu pecho en caudalosos torrentes. El frío filo empuñado por el verdugo se abre paso ahora hacia tu cuello. La solemnidad del clima que se genera eriza la piel, la tensión aumenta corte a corte, las antorchas y velas se apagan y para cuando todo esto termine, quien sacie su hambre volverá a las profundidades dejando corrupto el drenado cuerpo… Si el tema que abre es ideal para tal efecto, el que cierra no se queda atrás, es simplemente prefecto, el final ideal, el broche de oro que potencia lo hecho a través de todo álbum. En fin, “Broken Cross” es una joya de punta a punta, altamente recomendable para todo amante del Doom “sabático” ávido de nuevos y prometedores valores. Seguidores de tendencias pero dueños de su propia huella. Otro ítem para destacar es que cada tema tiene su propio arte ilustrativo, algo que suma y mucho al valorar la producción final. Así que a seguirles los pasos a esta gente pero por ahora a disfrutar de esta genial obra que como mencioné anteriormente, va a estar entre lo más destacado del año dentro del género. Editado por Odio Sonoro, Marchalenta, Nooirax, Discos Macarras y Radix Records.
Bandcamp
https://www.facebook.com/Helaband
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