Año: 2013
Sello:
Moonlight Records
País de
origen: Italia
Apenas leí
la gacetilla de prensa pensé “un grupo de Groove Metal editado por Moonlight
Records?”. Me resultó extraño, teniendo en cuenta que este sello se inclina,
habitualmente, hacia estilos como el Stoner, Doom Metal, Psicodelia y Folk.
Pero, por lo visto, el sello italiano no pretende encerrarse en estos estilos,
sino que está comenzando a ampliar el espectro, dándole mayor variedad a su
catálogo. Aplaudo la iniciativa.
Centrándonos
específicamente en lo musical, debo decir que Angeroots me agradan. No es el
tipo de banda que suelo escuchar habitualmente, soy sincero. Si bien poseo
gustos amplios, el Groove Metal no suele ser parte de mi menú habitual. Mas, en
este caso, el Groove Metal de Angeroots viene condimentado con ingredientes que
le dan un sabor más agresivo, más picante. Uno de esos ingredientes es el Death
Metal; o mejor dicho, el Melodic Death de At The Gates, o algunas partes que
recuerdan a Amon Amarth. A eso hay que sumarle un toque del Sepultura de la
segunda mitad de los 90s en adelante, y pizcas de Thrash a la
The Haunted. Sí, Angeroots no son un grupo
Old School ni nada parecido. Ya con leer la etiqueta Groove Metal uno debe
suponerlo, pues este estilo lejos está de ser parte de la Vieja Escuela del Metal. De
hecho, no encontré nada en este álbum que remita a cosas hechas entre el 86 y
el 93. Cualquier influencia que este grupo pueda tener, cualquier arreglo,
canción, sonido, o cualquier otra cosa que sea parte de este trabajo, parte
desde el 94 en adelante, con bandas como Machine Head o el Sepultura Post
“Arise” como referencias a primera oída. O sea, practican un estilo al cual
jamás tuve muy en cuenta, pero que siempre aportó bandas interesantes, aunque
no en la cantidad en la que podemos encontrarlas en géneros mucho más grandes.
Angeroots es de lo más interesante e intenso que he escuchado últimamente
dentro del Groove Metal. La aguerrida voz de Cere juega un rol esencial en la
intensidad alcanzada por la banda. Pero es Doz (baterista) quien mayor poder
aporta a la música del grupo, seguido muy de cerca por Beis y Fede (guitarras),
quienes cumplen con su trabajo de manera certera. Paio (bajo) lleva a cabo una
labor sin fisuras, cumpliendo con lo suyo sin lucir, pero con una solvencia
digna de elogio.
En cuanto a
las canciones, debo decir que el nivel es homogéneo, resultando difícil elegir
una canción como la mejor del disco. Aunque “Glory Hole” y “Run” poseen una
fuerza constrictora que las convierte en mis favoritas. Pero, en líneas
generales, “A Fistful of Anger” es un disco parejo, fuerte y directo. No hay
grandes sorpresas, pero si buenas ideas, buenos músicos, y mucha energía.
Veremos si en el futuro arriesgan un poco más y explotan definitivamente, o si
prefieren mantenerse tal como están. Por el momento, este disco debut no está
nada mal.
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