domingo, 18 de agosto de 2013

Rabid Dogs - Idem


Año: 2011
Sello: Don Carlos Productions
País de origen: Italia

El inconmensurable placer que me produce escuchar Grindcore. Y, para ser más específico, debo hablar del inconmensurable placer que me produce escuchar este, el primer disco del trío italiano llamado Rabid Dogs. Si tan sólo pudiera encontrar las palabras exactas para describir las sensaciones que me produce escuchar este álbum. Si tan sólo pudiera transmitir de manera fiel como la química de mi cerebro se ve alterada por la música de estos dementes, y como esa alteración química me lleva a sacudirme cono un poseído. No manera de resistirme el endiablado encanto que se desprende de todas y cada una de las feroces canciones que integran este genial primer disco de la banda integrada por 32 (batería y coros), Doc (guitarra y voz) y Blade (bajo y voz).
Dijimos Grindcore, y eso me lleva a agregar lo siguiente. El Grindcore posee un desenfado, una energía positiva y una libertada, que no posee ninguno de los demás géneros Extremos, llámense Death, Black o Doom. Ese desenfado, esa cosa tan positiva y esa libertad, hacen que los músicos que tocan Grindcore (en caso de que se trate de una buena banda) puedan dar rienda suelta a todas, o casi todas, las locuras que rondan por sus mentes, pues la ausencia de prejuicios se los permite. Si a esas cualidades le agregamos talento instrumental y buenas ideas, entonces los resultados tienen que ser explosivos, sí o sí. Y si hay una palabra que define a la perfección lo hecho por el trío, esa palabra es Explosivo. Grind & Roll, Grindcore, toques de Power Violence, Crust y hasta Hardcore a la The Casualties, todo hecho de manera natural, dinámica y, nuevamente, explosiva. Hay Blast Beats que aniquilan las neuronas. Meten gritos, coros pegadizos, pig squeals, voces guturales, y fraseos delirantes. Hay riffs que se adhieren al cerebro inmediatamente y no se despegan nunca más. Y tienen canciones destinadas a ser clásicos del grupo, tal es el caso de “Don Carlos”, “Politicians”, “Cop´s Blood” y “Killer Elite”, 4 obras maestras que sobresalen entre las 15 composiciones que integran un disco absolutamente imprescindible.
Nada nuevo bajo el sol, a decir verdad. Pero con obras tan geniales como esta, la originalidad es lo de menos. En definitiva, el debut de Rabid Dogs es una fiesta alocada, una fiesta grinder. Y las fiestas, cuando son tan alocadas, se disfrutan siempre, sin importar si ya viviste algo similar o no.

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