Año: 2008
Sello: Venal Producciones
País de origen: Argentina
Si creciste escuchando Música Extrema en los 80s, entonces
ya sabes que, por aquel entonces, las diferencias entre las primeras bandas de
Black y Death, y las bandas thrashers más corrosivas, era mínima. Grupos como
Venom, Slayer (el de Show No Mercy),
Sodom, Possessed, e incluso los primeros discos de Destruction, Kreator y Dark
Angel, tenían pocas diferencias entre sí, a pesar de que siempre se clasificó a
cada una de éstas bandas en géneros (o subgéneros) distintos. A esa lista le
podemos agregar al viejo Sepultura, Vulcano, Sarcófago, Nunslaughter y Master,
entre otros. La cuestión es que estas bandas permiten que uno comprenda y
admita que los orígenes de todos estos estilos, son básicamente los mismos, y que
las diferencias entre ambos, si bien existen, tampoco son abismales. Por suerte
hay gente que entiende que tanto el Death como el Thrash, al igual que el Black
Metal de Venom, tienen las misma raíces y que, como tal, pueden ser parte de un
todo al momento de crear música. Rigor Mortis, banda que cuenta con Diego “El
Turco” Cortese entre sus filas (el mismo que se hace cargo de las 6 cuerdas en
Eternal Grave y Morbid Suffering), despuntan el vicio rindiendo culto a lo más
crudo y maligno de estos géneros, y lo hacen con soltura. Sin caer en el juego
de pretender sonar totalmente Old School, pero bebiendo de las fuentes antes
citadas, tomando lo que necesitan, desechando lo que no, Rigor Mortis digieren
sus influencias y las regurgitan ya digeridas, pasadas por el filtro propio.
Esto se nota especialmente en algunos arreglos, en donde sacan a relucir cuan
grande es el amor por bandas suecas como Unleashed, y también lo notamos en el
sonido, siendo éste una combinación entre el sucio y endemoniado sonido Old
School, con otros aspectos sonoros más modernos que permiten que cada
instrumentos pueda apreciarse en su justa dimensión.
A través de 11 canciones, los Rigor Mortis adornan y
ambientan este ritual diabólico con machaque, ritmos acelerados, cortes,
violencia y una voz aguerrida. Ya desde los títulos de las canciones el trío
deja en claro que la
Ceremonia tendrá como fin rendir culto al lado oscuro de la
vida, y que cada composición cumplirá con un rol específico: el de perpetuar el
Ritual hasta que La Bestia
se sienta satisfecha. O sea, “Bienvenidos a la Ceremonia ” es un disco
mala onda, rudo y directo. No busques nada que escape a éstos parámetros, pues
no lo vas a encontrar. Al igual que Morbid Suffering, esta banda porteña escupe
sangre, rabia y maldad. ¿Acaso cabe esperar otra cosa? Digo, con chequear
cuales son las influencias del grupo alcanza como para darse cuenta de por
dónde viene la mano ¿no?
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