Año: 2013
Sello: Infernal Hymns Records
Inexistence necesitaba tener un disco full como éste. Ya
desde su primer trabajo autoproducido, la criatura de Gabriel Loco pedía el
disco full así a gritos. ¿Por qué? Porque siempre apostó a hacer algo que aquí,
en Argentina, nunca fue hecho de la manera en que el Loco entiende que se deben
hacer las cosas. Si bien podemos encontrar bandas con estilo similar, es
necesario decir que no hay bandas que encaren este tipo de música desde la
perspectiva que Gabriel posee, y que aplica a su música de manera cuasi
obsesiva. Su capacidad innata para crear canciones en donde las atmósferas
juegan un rol esencial, hace que Inexistente no encuentre su par en esta escena
nacional que, de tan pequeña que es, tal vez no merezca llamarse escena. Es que
escasean las bandas que hagan lo que hace Inexistente. Puede haber parecidos,
alguna que otra similitud (más que nada en su primer Ep, el muy recomendable
“Pessimistic Thoughts”, el cual se puede comparar con otras bandas y proyectos
argentinos, como Morkt Hedensk, por ejemplo), pero no iguales. Inexistente
encuentra sus pares en bandas como Alcest, Austere, Sun Devoured Earth, Lustre y cosas por el estilo.
Es decir, no hay deseos de tocar todo a mil, ni de emitir gritos desgarradores
todo el tiempo. Ni ganas de ser el más malo, ni el más satánico ni nada que se
le parezca. Existen deseos de expresarse, de usar la música como un lenguaje y
decir coas profundas, intensas, y hasta dramáticas. De hecho, la música de
Inexistente siempre me pareció dramática. Pero para bien, sin caer en lo
melodramático ni resultar sobrecargada de sentimientos inexistentes. No, lo de
Inexistente es algo serio desde todos los ángulos que uno lo mire. Por eso este
full lenght (segundo si contamos a “Land Of Grays” del 2011 y editado por Rigorism Records), el cual contiene
varios temas ya grabados anteriormente, resulta cautivante y refrescante.
Cautivante desde el tratamiento compositivo y sonoro, sonando todo tan bien
elaborado, puesto en el lugar y momento justos, al punto de atrapar al oyente
con cada detalle. Y refrescante porque, como ya dije antes, resulta difícil
encontrar algo así en nuestro país. Además de provocar un cúmulo de sensaciones
y pensamientos teñidos de gris oscuro (y a veces, tirando hacia el negro) que
hablan a las claras de por dónde viene la mano, y de lo bien que usa Gabriel su
capacidad como compositor e intérprete.
No voy a destacar a ninguna canción por sobre otra. No es
necesario hacerlo, porque esta obra es algo que funciona como un todo o en
partes; a eso lo elije el oyente. Al fin y al cabo, que un disco pueda
escucharse en su totalidad o por partes, deja en claro cuantas opciones brinda
la música al oyente. No creo que deba agregar nada más. La música es la que
debe hablar. Y Gabriel sabe muy bien como expresarse a través de la misma.
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