Año: 2012
País de origen: Inglaterra
Sello: Autoproducido/Hellthrasher Productions
¡Gracias a Hellthrasher por editar esta infernal obra de
arte! El año pasado tuve la fortuna de escuchar esta gema a través de bandcamp,
y enloquecí al escuchar semejante bestialidad. Recuerdo que mientras lo
escuchaba, una pregunta daba vueltas en mi interior una y otra vez ¿por qué no
tienen contrato éstos enfermos? Para mí, que semejante disco tan sólo pudiera
conseguirse a través de bandcamp, y que se consiguieran algunas pocas copias en
formato físico (hechas a mano, según leí en la Encyclopedia
Metallum ) me dejaba con gusto a injusticia. Es que hay
demasiadas bandas mediocres dando vueltas y editando discos grabados y
producidos con dinero aportado por sellos discográficos que parecen estar
completamente obsesionados con editar porquerías en vez de lanzar material de
calidad. Abyssal no podían no tener un contrato discográfico; era absolutamente imprescindible que algún sello se la jugara y lanzara esta obra maestra. Por suerte, Hellthrasher
Productions ha puesto este tremendo álbum al alcance de todos, y hoy sí,
Abyssal pueden ver su trabajo debut editado con todas las de la ley. Pero ¿por qué mi
entusiasmo exacerbado ante el primer opus de los ingleses? Porque es una obra
maestra del más obscuro, endemoniado y retorcido Metal Extremo. Porque es una
insana combinación de lo más negro del Death Metal (con influencias de
Incantation, Immolation e Imprecation), el Black más atmosférico y difícil de
digerir, y pasajes lentos y pesados de orientación Doom, pero sin llegar nunca a
ser puro Doom Metal. Digamos que van por la senda de dementes como Portal y
Mitochondrion, pero con un sonido más pesado aun. Dentro de ese pandemonium de
estilos fusionados magistralmente, encontramos una voz de ultratumba que mete
miedo, arpegios y melodías de guitarras que harían enrojecer de vergüenza a
todos los shredders del planeta, pues
los ingleses se pasan por las bolas el virtuosismo estéril dándole importancia
a la creación, a las composiciones y a los climas que acompañan a cada
creación. Ritmos que van del Blast Beat enloquecido a cortes trabados que
sirven de transición a los momentos más lentos y macabros. Ideas, locura,
oscuridad, violencia incontenible, maldad, caos. Hay un aire a Ritual Mágico
Ancestral (y diabólico) que revolotea sobre toda la placa, y que no hace más
que confirmar lo que las canciones ya de por sí demuestran: que los Abyssal son
gente jodida, y que están acá para teñir el mundo de negro. Incluso en las
partes menos violentas, una espesa bruma inunda la habitación, mientras de
entre las mismas, emergen armonías tenebrosas y ritmos infernales, sobre los
cuales una voz gutural y profunda como pocas, lanza palabras de culto a lo
Innombrable.
Este año, los Abyssal (de quienes no hay información acerca
de quienes integran la banda) han sacado su segundo opus, titulado “Novit enim
Dominus qui sunt eius”. Aun no pude escucharlo, por lo tanto no puedo opinar.
De lo que sí puedo hablar es de este “Denouement”, un disco que me tiene
absolutamente cautivo. No es para menos, joyas como esta no se editan todos los
días.
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