Año: 1990
Sello: Metal Blade Records
País de origen: USA
Con el revival thrasher se produjeron muchos regresos.
Algunos inesperados, otros esperados, y otros…desconcertantes. Lo de Bitter End
es, como mínimo, desconcertante. No porque hayan sido un mal grupo, más bien lo
contrario. Pero tampoco fueron tan trascendentes ni influyentes, ni mucho menos
exitosos, como para que vuelvan con la intención de recuperar algo o reclamar
algo, o bien ocupar un lugar que jamás ocuparon. Llegaron tarde, sobre los finales
de los 80s, a grabar algo. Para más datos, el único demo que grabaron es del
´88. Y este disco debut es del 90, con lo cual, quedan excluidos de la escena
thrasher que copó el planeta en los 80s. Si bien se formaron en el 85, la banda
recién obtuvo reconocimiento unos años después, y para entonces, el Thrash
estaba a punto de ser desplazado por otros géneros. Por lo tanto, a Bitter End
no se le puede adjudicar ningún merito en la historia del Thrash. Eso sí, y
creo que es innegable, el debut discográfico de los thrashers de Seattle tenía,
y aun tiene, mucho para destacar. Con un estilo que suena a cruza entre el
Megadeth de “So Far, So Good…So What!”, más cosas a la Sacred Reich y el material más
thrasher de Metal Church, la banda de Matt Fox supo plasmar en el estudio todo
lo que se decía de ellos con anterioridad a la grabación. Si sos de los que
leían revistas como la Metal Maniacs
o Power Metal a finales de los ochentas/principios de los 90s, entonces alguna
vez te cruzaste con alguna review del demo de Bitter End, o alguna reseña de
algún concierto de ellos. Todas las críticas siempre era positivas. Y el disco
también las cosechó, y con justa razón. Los tipos tocaban realmente bien, y sin
llegar al nivel de tecnicismo de bandas enormes como Mekong Delta o Coroner,
los de Washington sacan a relucir un dominio de sus instrumentos que podría
poner envidiosos a varios colegas. Además de eso, hay que agregarle cierta
frescura en las composiciones, que sin llegar a ser originales ni demoledoras,
poseían un encanto y una dinámica por demás llamativas. Para darte una idea
cabal, los temas “Sex & Death”, “Meet Your Maker”, el tema que da nombre al
disco, y especialmente “Save Us”, justifican los elogios recibidos por el
cuarteto de Seattle. Y ya que hablamos de Seattle, cabe acotar que Matt Fox
(voz y guitarra) fue amigo personal de Layne Stayle, el fallecido vocalista de
Alice In Chains. ¿A qué viene esto? A que Layne le ofreció a Fox ser parte de
AIC allá por 1989, oferta que Fox declinó. Y si tenemos en cuenta que “Harsh
Realities” fue uno de los discos de Thrash Metal más destacables de todos los
que se editaron en el momento de declive del género, pues, en cierto modo, hay
que valorar lo que el tipo hizo, jugándosela por su grupo y su disco, en un
instante en el que la cosa comenzaba a perfilarse difícil para el Thrash.
Luego, como era de esperarse, se los tragó la tierra, como a tantas otras
bandas del género. Hace un año se reunieron y editaron un disco que, a primera
oída, me resultó correcto sin más que agregar. Por eso me pregunto ¿Era
necesario que Bitter End regresen? El tiempo lo dirá.
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