Año: 2012
País de
origen: Canadá
Sello:
Independiente/Autoproducido
Cuando era
adolescente, el Thrash ocupaba un lugar de suma importancia en mi menú musical
diario. Si bien intentaba abarcar todo el espectro thrasher, el Thrash hecho en
la Bay Area de
San Francisco, California, era mi predilecto. Dentro de las bandas de esa zona,
había una en particular que me despertaba mucha admiración, a la par de Exodus.
El grupo era (y es) Testament, a mi entender, uno de los indiscutidos grandes
del Thrash. Una de las razones por las cuales siempre admiré a Testament es que
me parecen únicos. Intentar seguir sus pasos es un arma de doble filo, pues
tanto el estilo como el sonido de Chuck Billy y compañía me resultan únicos.
Terrifier, banda canadiense muy promisoria, es una de las bandas que pueden
jactarse de seguir la línea de Testament, saliendo airosos en el intento. Más
que airosos, salen triunfantes, diría yo. Es que los canadienses tienen todos
los puntos altos de Testament, pero incluyen otras influencias dentro del
paquete, permitiendo que el Thrash que practican, altamente explosivo, resulte,
además de salvaje, muy atractivo. Si bien la voz Chase Thibodeau (bajo y voz)
tiene un registro que recuerda bastante al de Billy, el resto del grupo aporta
otros matices, pero siempre dentro del sonido Bay Area Thrash, más algún que
otro corte muy groovero y machacante, con gusto neoyorkino. El Metallica de
“Ride The Lightning”, Vio-lence, Overkill, Exodus, el primer Death Angel, son
los nombres que me vienen a la mente al momento de buscar comparaciones y
escribirlas para que aquel que aun no escuchó a Terrifier, tenga una noción, al
menos. Pero no te pongas a pensar en las influencias, pues lo de estos
canadienses es tan agresivo, tan directo al mentón, que apenas comienza el
disco, tu mente se anula ante el vendaval de riffs y bases demoledoras, los
cuales te imposibilitan a pensar con claridad. Es como si una patota te
agarrase desprevenido y te dieran golpes y más golpes, incluso cuando ya estás
en el piso, sin respuesta física (ni mental) alguna. Así es el primer disco de
esta banda canadienses que comenzó su carrera bajo el nombre de Skull Hammer,
nombre que fue cambiado por el actual en junio de este año. Por cierto, el disco fue grabado y editado bajo su antiguo nombre.
Personalmente,
considero que el revival thrasher trajo algunas buenas bandas, pero también
trajo mucho grupo mediocre, mucha repetición automático y sin alma del viejo y
querido Thrash. Dentro de los grupos más destacables de dicho revival, están
Terrifier. “Destroyers of the Faith” barre toda duda, y de paso, abre camino
para que Terrifier dejen de ser un promesa y se transformen en un grupo de
temer.
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