Año: 1989
Sello:
Combat Records
País de
origen: Canadá
D.B.C. Dead
Brain Cells. Nunca fueron muy conocidos, pero sí muy respetados por todos
aquellos que tuvieron (tuvimos) la oportunidad de conocer su música. Claro que
con la música que hacían, difícilmente iban a llegar a ser populares. Demasiado
trabados, los canadienses vendrían a ser los hermanos menores de la que tal vez
sea (junto a Rush) lo más grande que dio el Metal Canadiense: Voivod (bueno,
eso en caso de que consideres a Rush como Metal). De hecho, no sólo la
nacionalidad los emparenta con Voivod, sino también el estilo. Progresivos y
volados, los DBC sonaban a mezcla entre el Pink Floyd de “Astronomy Domine” y
delirios psicodélicos similares, con el Voivod de “Nothingface” y bastante de
“Dimension Hatröss”, más una técnica depuradísima, similar a la exhibida por
Coroner o Vendetta. Vocalizaciones llenas de armonías que dibujan extrañas
imágenes en el espacio exterior (aunque la voz principal suena bastante reventada), guitarras que son tocadas por tipos que
retuercen sus dedos hasta anudárselos, y bases complejas pero contundentes.
D.B.C. aparecieron con esa impronta ya en su primer larga duración, un disco
autotitulado que llamó la atención de algunos dementes sedientos de nuevas
locuras. Su Thrash técnico pero psicodélico era demasiado para la época.
Encima, tenían que lidiar con la sombra de Voivod. Casi nada ¿no? Imaginen, si
a Voivod les costó ser aceptados, a éstos muchachos (condenados a ser los
segundos de Voivod) les iba a costar mucho más. Obvio que la calidad influía en
eso. Si bien D.B.C. eran un gran grupo, no llegaban a ser Voivod. Pero, y
dejando al margen las odiosas, pero necesarias comparaciones, D.B.C. eran un
grupo fabuloso, audaces y talentosos como el que más, pero carentes de fortuna.
Sus discos no gozaban ni de publicidad ni de buenas producciones. Tenían un
sonido correcto, y si no te lo prestaban al disco, difícilmente podías llegar a
conocerlos. Lo de siempre, un sello contrata a muchas bandas, pero sólo
promociona con fiereza a unas pocas. D.B.C. no estaban dentro de esas pocas.
Más no por eso uno debe ignorarlos. Si se tiene la oportunidad de acceder a
material del grupo, deberías hacerlo. La calidad de éstos tipos, especialmente
en éste disco, no admite discusiones de ninguna índole. Te invito a
escucharlos, así te sacás las dudas.
Dato extra:
el disco fue co-producido por Garth Richardson, conocido por los fanas de
Melvins gracias a su participación en el disco “Stag”, bajo el nombre de
GGGarth.
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