Sello: Blackend Records
País de origen: Holanda
Holanda siempre tuvo muy buen Metal Extremo para exportar. No hace falta dar nombres, pues, si estás en esto del Metal Extremo, ya deberías saber cuales son las bandas top de la movida holandesa. Pero, como en todos lados, siempre hay grupos oscuros que estuvieron ahí, casi desde el principio, y por cuestiones que varían de grupo en grupo, jamás pudieron obtener ni un poco de reconocimiento. Miremos el caso de Antropomorphia, para ser más concretos. Se formaron en el 89, casi a la par de otros grandes de la escena holandesa, Siempre tuvieron calidad, brutalidad, o sea, siempre fueron un buen grupo de Death Metal. Pero, vaya uno a saber si fueron malas decisiones internas. Si tuvieron mala suerte con el sello. Si les faltó difusión o qué, la cuestión es que Antropomorphia siempre fueron un grupo de la segunda línea del Death holandés. Si nos atenemos a lo hecho en este Ep, les puedo asegurar que esta banda estaba (o está, pues aun andan dando vueltas) para más.
Veamos, hay muchas virtudes acá. Técnica depurada, pero no puesta al servicio del lucimiento personal, sino al servicio de las composiciones. Se destaca Marc Van Stiphout en bajo, quien mete unas escalas excelentes, dotando a las composiciones del toque exacto de fineza entre tanta guturalidad. Marco Stubbe es un baterista preciso y contundente, que no deslumbra pero que tampoco falla, jamás. Ferry Damen en voz y viola aporta lo que debe aportar, desde cada una de sus funciones. Vocaliza con agresividad y voz cavernosa, y como violero es sumamente correcto. A su par está Vincent Van Boxel, quien hace dupla guitarrera con Ferry, cumpliendo entre ambos una faena destacable.
Pero lo mejor está en las composiciones, compactas y pesadas. Todo suena como debía sonar el Death Metal de la época, sin dominio de Blast Beats, preponderando los ritmos entre lentos y a medio tiempo, pero con una sobredosis de dureza que te avasalla, más una estupenda elección de las melodías con las cuales amplían el horizonte, pero sin alejarse jamás del buen y querido Death Metal.
Hoy, con la perspectiva que aporta el tiempo, creo que este Ep se valora y se disfruta más. Las razones son varias, pero la principal es que, en su momento, el Death Metal era un hervidero de bandas copadas, y, a veces, y por culpa de las urgencia típicas del adolescente, exigía que el disco te rompa la cabeza de entrada. "Necromantic Love Songs", en su momento, no me partió la cabeza de entrada, pero me gustó y bastante. Hoy, me encanta, y por eso lo recomiendo a grito pelado.
Necromanticas canciones de amor
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