Año: 2010
Sello: Brutal Bands
País de origen: República Checa
Como una tormenta infernal, la música de éstos checos se abate sobre nosotros sin piedad alguna. Oscureciendo todo a su paso, arrasando con todo lo que se cruce, el vendaval sonoro despliega, impiadoso, su negrura eterna, haciendo que la luz sea un deseo, más no ya una realidad. No hay espacio para melodías ni armonías exquisitas aquí. No hay lugar para sutilezas, ni tiempo para dejarte respirar tranquilo. De principio a final, los acordes y escalas no hacen otra cosa que rendir culto a los Maligno, a lo Blasfemo, con hirientes notas que se suceden una tras otra. No hay lugar para ritmos calmos, jamás se da eso de la calma antes de la tormenta. La tormenta se desata de entrada, y la calma no llega hasta minutos, o tal vez horas luego de haber finalizado el disco. Vértigo y más vértigo, eso nos entregan éstos bestiales alumnos de Incantation e Immolation. Mala onda, oscuridad y brutalidad en dosis sobrehumanas, o mejor dicho, en cantidades suficientes como para destruir a todas las Divinidades Celestiales.
Ommurtag en batería, Gassi en guitarra, Flagin en guitarra y bajo, y Eric en voz, rinden culto al más demoníaco Death Metal, el de contornos y centro de iguales condiciones: negro, muy negro. Pertenecen a esa caótica camada de bandas tétricas de Death Metal, en la línea de contemporáneos como Portal (aunque no tan delirantes como los australianos), Antediluvian, Encoffination y toda esa manga de enfermos mentales, seguidores del culto a lo innombrable.
Así como existe el Kvlt Black Metal, también podemos hablar del Ancient Cult Death Metal ¿o no? Y si está permitido hablar de ese tipo de Death, entonces ya tenemos a una de las bandas Top del estilo: Destroying Divinity.
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