Año: 2011
Sello: Endless Winter
País de origen: Hungría
Una de las cosas que tiene el Under es que a veces no es necesario salir a buscar bandas, discos, etc. En ocasiones, el músico viene hacia vos, el disco te llega sin que lo busques. Eso pasó con Dreams After Death, un proyecto unipersonal comandado por el húngaro András Illés. Pasó esto: un día entro a mi cuenta en You Tube y me encuentro con un mensaje de Illés, en el cual me contaba acerca de su proyecto, y me invitaba a escucharlo. Pues eso hice, y lo que escuché me gustó tanto que me puse en contacto con él a través de Facebook. El muchacho resultó ser de lo más amable y buena onda. Pero, y más allá de su buena onda, y tras escuchar el disco completo varias veces, me di con que es un muy buen músico. Y cuando digo Músico, me refiero a que es un muy buen compositor e instrumentista, o sea, es completo.
Llama poderosamente la atención, la facilidad que András tiene para generar climas en donde la oscuridad y la luz fluyen mutuamente, con naturalidad asombrosa. Llama la atención la forma en que maneja los climas, los tiempos, la duración de cada canción, y los matices que les da a las mismas para que la extensa duración de los temas no juegue en detrimento de los mismos. Y llama la atención la clase que derrocha como tecladista, ya sea tocando el piano, ya sea tocando toda clase de teclados. Le sobra talento cuando se sienta a desangrar su alma a través de las preciosas melodías ejecutadas con ese instrumento. Digamos que esas creaciones, melancólicas hasta decir basta, se sostienen sobre el teclado, y los demás instrumentos se van sumando a la creación como en un crescendo majestuoso, fúnebre (claro) y elegante. Por momentos recuerda a Mounrful Congregation, por otros a Funeral, pero siempre con su propia impronta, con esa carga de melancolía y buen gusto que siempre dicen presente. Suena etéreo, es una especie de viaje espiritual a través del cosmos. Un viaje que permite ver las miserias existenciales desde una distancia que provoca nostalgia, paz y agonía al mismo tiempo. La portada es, a su vez, un fiel reflejo de lo que es la música.
Por cierto, estamos ante el primer trabajo de Dreams After Death; un muy buen disco, por cierto, que lo posiciona, de cara al futuro, como un artista a tener muy en cuenta. Artista que, por cierto, vino a engrosar, y a potenciar, el gran momento que vive el Funeral Doom.
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