Año: 2008
Sello: Peaceville Records
País de origen: Noruega
En un momento dado de la historia, la vieja guardia del Black Metal empezó a ser reivindicada, en un acto de justicia que algún día debía cometerse. Cuando el furor por la explosión del Black nórdico, el corpsepainting, quema de iglesias y crímenes pasó a ser un recuerdo, algunos músicos, cansados de que se asocie al Black con crímenes y demás, decidieron recuperar el sonido del primer Black Metal, el de Venom, el de Celtic Frost/Hellhammer, el Thrash oscuro y violento de Sodom y Destruction, y la furia del primer Sarcófago. O sea, ese Black bien thrashero, con mucho machaque, medios tiempos asesinos y voces reventadas pero con una dicción entendible, dentro de todo. Bewitched, Gehennah, Nifelheim, por citar algunos grupos, dieron sobradas muestras de saber cómo revivir aquel estilo. Pero quienes dieron cátedra en dicha materia, fueron, son y serán los Aura Noir. Es al día de hoy que lo siguen haciendo, ya con casi 20 años de trayectoria, editando en el camino discos memorables como “Black Thrash Attack” y “The Merciless”. Es más, cuando en el 2004 sacaron “The Merciless”, hasta la prensa que los había ignorado les dio bola. Parecía que al fin Aura Noir y su fanatismo retro iban a obtener el premio tan merecido: el reconocimiento. Pero resulta que un año después, el señor Carl Michael Eide (búsquen el currículo de éste tipo) se cayó de un techo (¿se cayó?), corriendo serio riesgo su integridad física (cayó del cuarto piso de un edificio). Obviamente, Aura Noir entró en el freezer, y su otro integrante, Apollyon (sí, el de Immortal, Cadaver, y otros más) se dedicó a hacer otras cosas, entre ellas, componer nuevo material para un eventual nuevo disco de Aura Noir. Afortunadamente, Aggressor (Carl-Michael Eide) volvió al ruedo, Aura Noir resucitó, y nos regalaron este muy buen disco, del más puro y frenético Black/Thrash ochentoso, influenciado por las bandas de siempre, sonando como siempre, haciendo lo de siempre, pero, a la vez, haciéndolo tan bien como siempre. No hay novedades, nunca las hubo, en realidad. Pero si garra, canciones geniales (“Hades Rise”, “The Stalker”, “South American Death” y “Gaping Grave Awaits” a la cabeza), dos tipos completamente comprometidos con su obra, y un olor a revancha que voltea. Escuchar este disco es viajar en el tiempo y el espacio, es meterse dentro de un Pub atestado de metaleros y punks sedientos de sonidos extremos, con ganas de escuchar esas bandas que, por aquel entonces, no se escuchaban en las radios ni se veían en MTV. Todo remonta a aquella época, desde el sonido hasta el título de cada una de las canciones, pasando por las composiciones y detalles tales como esos gritos que pegan los dementes estos antes de un solo: el “kill Danny kill” que se escucha antes del visceral solo de Danny Coralles (sí, el de Autopsy y Abscess) es una hermosa muestra de esto que digo. Ah! Y no olvidarse de la participación de un viejo amigo, el señor Blasphemer (ex Mayhem), otro fanático empedernido del primer Black Metal, quien aporta su guitarra líder en 3 temas.
“Hades Rise” es el disco que Aura Noir tenían que sacar para demostrar que el tiempo que estuvieron inactivos como banda, no hizo mella en ellos. Este año nos regalarán otra sesión de Black/Thrash old school, y tengo la sensación de que, otra vez, no van a defraudar.
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