martes, 3 de enero de 2012

At War - Retaliatory Strike


Año: 1988
Sello: New Renaissance records
País de origen: USA

Este disco, en su momento, contó conuna importante campaña publicitaria por parte de su sello y medios especializados. Precedidos por las muy buenas críticas cosechadas por su debut “Ordered To Kill” (elogios merecidos), la fama de ser una banda muy caliente en vivo, y por qué no, por ser, en definitiva, una buena banda, At War tenían todas las miradas puestas sobre ellos y su inminente segundo disco. Para colmo Ron Hunter (Raven) se calzó el buzo de co-ingeniero, a la par del productor estrela del Thrash (en ese momento), el señor Alex Pereilas, quien tenía una excelente reputación en el Under como productor e ingeniero de sonido. A eso súmenle que el líder de At War, el vocalista/bajista Paul Arnold, es estaba convirtiendo en una especie de sex symbol thrasher. O sea, tenían todas las de ganar. ¿Ganaron? No, para nada. “Retaliatory Strike” fue, es y será un buen disco, lleno de buenos temas, tal es el caso de “F.Y.I”, “Crush Your life” y el irreverente “Church & State”. Y comiera de esperarse, el sonido es muy logrado. Ni hablar de las performances de los músicos, ajustadísimas, sobrias, pero rebosantes en garra y energía. El problema fue otro: se generó tanta expectativa, tanto revuelo alrededor de esta placa, que cuando salió y se escucharon los resultados, varios se sintieron decepcionados. La realidad es que no había motivos para decepcionarse, pues At War siempre fue una buena banda de Thrash/Speed, pero jamás descollaron. Es decir, un disco de ellos te asegura una buena dosis de Thrash y Speed Metal, sabés que no van a fallar, que en lo suyo son buenos de verdad, pero no esperes que se conviertan en parte del sindicato de los Grandes del Thrash. En esas expectativas, la prensa tuvo gran parte de culpa, pues vendían a “Retaliatory Strike” como si estuviera po salir a la venta el sucesor de “Master Of Puppets” o “Bonded By Blood”. Ahí está la razón por la cual algunos se sintieron decepcionados, e insisto, no tenían motivos para decepcionarse. A fin de cuentas, Arnold y los suyos hicieron lo que sabían (y saben) hacer, lo hicieron bien, y no defraudaron a ninguno de los que esperábamos lo que obtuvimos: un buen disco de una buena banda de Thrash. Hoy, luego de varios años, vuelvo a escucharlo, y sigo disfrutándolo. Espero que ustedes también lo hagan.

No hay comentarios: