Sello: Pulverised records
País de origen: Suecia
Autopsy. El Death de “Scream Bloody Gore” y “Leprosy”. Necrovore. El Death sueco de Estocolmo (Entombed, Grave, Dismember, Unleashed, etc). Possessed. Los rejuvenecidos Cianide. El Death Metal Old School, denso, pesado hasta decir basta, oscuro y mala onda. Aguerrido, con guitarras que serruchan la carne, con esos rebajes leeentos y macabros, bien dumbetas, pero siempre podridos. La voz gutural, pero sin llegar a parecerse a las voces de los grupos de Brutal Death: aquí las voces son más reales, la ferocidad es más pura y tangible. Ese tipo de Death metal, el que me cambió la vida en la segunda mitad de los 80s, ese es el que practican los Morbus Chron, un grupo que apareció de golpe y que provocó que los fans del viejo y querido Death Metal posemos nuestras miradas (y oídos) en ellos. Un Death Metal sanguinario, que recuerda a todos los grupos antes mencionados, que sacude los huesos, el alma, que revienta las entrañas. Un sonido que, de no ser porque sabemos que el disco salió este año, nos haría pensar que se trata de un disco extremo editado por algún sello como Relativity, Combat o New Renaissance a finales del 87 o principios del 88. Un disco demoledor, tocado con huevos, con el alma, derramando un manantial de sangre en cada puta canción. Esto es puro y visceral Death Metal, y a la mierda con todo. Discos como este hacen que estilos que están de paso, como el Deathcore, sean objeto de risa, pues esa clase de bandas y estilos son, en mi humilde opinión, algo efímero, intrascendente, mientras que este tipo de Death Metal ha demostrado que, cuando está hecho de manera sincera, es infalible. Por algo, tras haber pasado más de 20 años desde su aparición, el Death Metal de antaño sigue vigente. Y con bandas como Morbus Chron, es probable que siga vigente por un buen tiempo más.
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