lunes, 22 de agosto de 2011

Rest In Gore - Culinary Buffect Of Hacked Innards

Año: 2011
Sello: Sevared Records
País de origen: Japón

Tras casi 10 años de trayectoria, Rest In Gore llegan a su disco debút. Los conocí hace 5 años, gracias a un split que llegó a mis manos, y sinceramente, no me llamaron la atención en lo más mínimo. Me dieron la impresión de ser una banda más entre el montón de grupos de Brutal Death/Slam que pululan por ahí. No sólo eso, sino que los di por desaparecidos, pues jamás volví a tener noticias de ellos. Tampoco me extrañó, pues su música resultaba demasiado común y previsible. Pero héte aquí que hace una semana llegó a mi poder una copia del disco debút de los japoneses y, a pesar de no romperme la cabeza, debo admitir que me he llevado una grata sorpresa. Sin ser la mar de originales, los oriundos de Tokyo han evolucionado, y mucho, en varios aspectos. Compositivamente demuestran que las ideas han empezado a fluir con naturalidad, y dentro del material que contiene éste disco, podemos encontrar ideas más que interesantes. Hay ritmos con mucho groove, pasajes en donde los riffs dejan de ser esa bola de ruido típica del Brutal Death, para dar lugar a riffs memorables y bien ensamblados con el resto del tema. Punto a favor: muchas bandas meten mil riffs por tema, y en la mayoría de los casos, suenan inconexas entre sí las partes. Pues Rest In Gore no caen en ese error. Por otro lado, sin llegar a ser virtuosos, han crecido como instrumentistas, potenciando los buenos momentos compositivos. Y, en tercer lugar, pero no por ello menos importante, el sonido es más claro, pulido, sin abandonar la brutalidad en su afán de sonar mejor.
Claro, tampoco es que estemos ante los nuevos Dying Fetus, o que los tipos que vayan a desplazar a Devourment. Pero dentro de un estilo en el cual abundan los grupos de segunda y tercera línea, encontrar un disco bien hecho y con pasajes muy logrados, como es el caso de éste primer disco de RIG, al menos permite mirar el panorama del estilo de otra manera. No serán la octava maravilla del Brutal Death, pero te hacen pasar un buen rato.

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