Año: 1989
Sello: Noise Records
Andy Sneap es un nombre intimamente ligado al Metal. Quienes presten atención a los créditos de algunos de los discos más conocidos dentro del Metal, en los últimos años, verán el nombre de éste muchacho figurar como productor y/o mezclador. Accept, Arch Enemy, Opeth (el disco "Deliverance" le permitió ganar un grammy sueco), Killswitch Engage (por cuyo laburo ganó un Grammy yanki), Benediction, Cathedral, Nevermore o Machine Head, son algunos de los grupos que han contado con el talento del señor Sneap tras la consola.
Martin Walkyier, a quien muchos conocen por haber sido cantante, líder y fabuloso letrista de un grupo llamado Skyclad, una fabulosa banda de Folk Metal que tuvo su momento de gloria en los 90´s.
Ambos no salieron de la nada. Ni Sneap fue siempre productor, ni Walkyier apareció en el mapa metalero gracias a su laburo junto a Skyclad. Ambos hicieron sus primeros pasos en la industria en un grupo que llamó mucho la atención allá por finales de la década de los 80´s: Sabbat (no confundir con los japoneses del mismo nombre). Y Sabbat era un buen grupo, realmente bueno. Thrash, si, ni dudarlo. Pero no era Thrash común y corriente apoyado sobre el machaque y las bases veloces. Sabbat hacían uso de dichos elementos, típicos del Thrash, pero incorporaban matices que le daban a su propuesta otro marco. Más épicos, paganos, melódicos y oscuros que la mayoría de las bandas thrashers de la época, fueron emparentados con el movimiento blacker de los 80´s, aunque dudo que se los pueda incluír en dicha categoría. Carecían de esa crudeza intrínseca al Black más primitivo (Venom, Bathory, Hellhammer, etc), y además, lejos estaban de ser una banda satanista.
No amigos, Sabbat transitaron otros caminos, al punto de tener visos con el incipiente Power Metal (incipiente en aquellos tiempos), pero sin caer en los clichés del género. Digamos que hacían un Thrash oscuro, poderoso y que no escatimaba dureza, pero no dejaba de lado la melodía. Intrincados en ocasiones, tradicionales en otras, apegados a lo sencillo como a lo complejo, según la canción requiriese de una cosa u otra, los ingleses ganaban por personalidad y originalidad antes que por fiereza. 3 discos, siendo "Dreamweaver" el segundo, y la banda se separó. Pero alcanzaron el status de grupo de culto, y con eso les alcanza para seguri vigentes hasta la actualidad. Con eso, y con buenos discos como éste.
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