martes, 8 de febrero de 2011

Deicide - To Hell With God

Año: 2011
Sello: Century Media

Volvió Deicide, volvió la máquina de hacer Death Metal satánico a ultranza. Y como lo vienen haciendo desde que se fueron los hermanos Hoffman, Benton y los suyos regresan al ruedo con un disco que explota la veta más elaborada en la carrera de Deicide. Claro que la dupla de guitarristas, conformada por el eterno Jack Owen y el virtuoso Ralph Santolla, son la base de este cambio estilístico que tan bien le ha venido a los oriundos de Tampa, cuna del mejor Death Metal. Aportando armonías que eran atípicas en las épocas en las que comandaban los Hoffman el ataque guitarrero, sacando a relucir un bagaje melódico plagado de buen gusto, pero sin abandonar jamás la brutalidad inherente a la música de Deicide, los hachas demuelen, trituran, incendian, se llevan todo puesto, pero con una clase que uno no podía ni imaginar en las épocas de discazos tan crudos y bestiales como "Legion" y el inovidable cd debút. Y si, el criminal de Steve Asheim sosteniendo todo el pandemonium sonoro con su incontrolable ataque de doble bombo y caja, una desenfrenada andanada de golpes que te hacen sentir que te estan acribillando.
Sobre semejante descarga de misiles, bombas y todo tipo de artillería pesada, está el vozarrón del gran Glenn Benton, quien nos escupe con su gutural voz, todo tipo de blasfemias, marca registrada del señor Glenn. Pero, y aquí viene lo mejor, el tipo no se conforma con gritar al más puro estilo Benton, una forma de vociferar que es inconfundible. No, el muchacho va más allá, y sin dejar su porte maquiavelico y violento, mete algunos gritos no tan guturales, un poco más claros de lo habitual, pero sin perder ni un ápice de locura, maldad y violencia clásica en él.
Alguno que otro fruncirá el ceño, pero hay que entender que dichos recursos son utilizados para acrecentar la unión entre furia desatada y clase suprema que se sostiene a lo largo de la placa. Una placa que los vuelve a mostrar filosos, rejuvenecidos y salvajes. Nosotros, los amantes del buen Death Metal, más que agradecidos

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