domingo, 30 de abril de 2017

Syk - I-Optikon


Año: 2016
Sello: Housecore Records
País de origen: Italia

Desafiante. Candente. Jodido. El segundo disco de Syk (pronúnciese "sick") es todo eso y más aun. El debut de la banda, un álbum llamado "Atoma" y editado en 2014, había marcado pautas claras acerca de cuán seria venía la cosa con esta banda. Mas, "I-Optikon" va más allá, asume el desafío de confirmar lo hecho en el debut y autosuperar su propia obra, haciendo de éste segundo opus un trabajo absolutamente imprescindible para comprender el presente y el futuro de la música pesada.
Primero que nada, hay que hacer mención de la tremenda voz de Dalila Kayros, a quien algunos denominan la "Diamanda Galas de la música dura", algo que me parece un poco exagerado, a decir verdad, pero que sirve como comparación, para comprender el tipo de locura que transmite esta dama en sus entonaciones. Cantando siempre en una tonalidad muy alta, emitiendo alaridos desequilibrantes y cantando siempre el límite entre la cordura y la más peligrosa locura, esta mujer es lo primero que se mete en la mente del oyente. Sin embargo, no es lo único que hay que resaltar, pues hay una banda junto a ella, y esa banda es tan inquietante como la chica en cuestión.
Guitarras de un sonido ultra-grave escupiendo riffs esquizoides que se fusionan con disonancias de la misma índole, levantando una muralla de granito sonoro inmensa. Por cierto, Gianluca Ferro se incorporó a la banda poco antes de la grabación del disco, por lo que "I-Optikon" es su debut absoluto. El otro guitarrista, Stefano Ferrian, es uno de los fundadores del grupo, y es integrante de otra banda demencial: Psychofagist.
En la batería está Federico Di Bernardi Di Valserra, también fundador de Syk, y también miembro de Psychofagist. Así se conforma el cuarteto que parió esta aberración tan excitante, esta creación monstruosa pero subyugante, que viene a ser una de las revelaciones del año pasado, y que fuera editado a finales del mismo.
La placa comienza muy bien, con esa bomba de neutrones para el cerebro llamada "I-Optikon", la que da nombre al disco, claro está. Desde ahí todo se va deformando y los espacios para el conformismo y el conservadurismo van desapareciendo hasta no dejar rastro alguno. Me vienen a la mente Meshuggah, Made Out Babies, The Dillinger Escape Plan y hasta algo del material más jodido de Crisis. Sin embargo, ninguno de esos nombres te van a dar una pauta clara y definitiva acerca del estilo de Syk. Para comprender lo que hacen estos italianos hay que escucharlos despojado de todo prejuicio, de toda comparación, y de toda barrera mental levantada bajo ideas tradicionales. Syk no entienden de tradicionalismos, vienen a destruirlo.
Todo es sinuoso, nada es calmo ni seguro. Escuchar este disco es como navegar en aguas turbulentas y sin protección alguna. Y no es solamente la música la que promueve dicha sensación, ya que la producción también hace hincapié en esto. Porque el sonido es tórrido, pesado y punzante a la vez, recargando las afinaciones graves de las guitarras con una ecualización que las vuelve más turbias aun, Phil Anselmo le ha dado al disco un aura de suciedad que enmarca al disco, pero no le quita esos detalles filosos y claros que ayudan a abrir el espectro. Sí, ESE Phil Anselmo.
Obvio, no es un disco de hits, este tipo de bandas no componen hits. Así y todo, hay canciones como "Fong", "The White Sun" y la que da nombre al disco, que sobresalen gracias a poseer los momentos más destructivos y fascinantes de un disco que de por sí es todo eso.
Lo escuché tarde, cuando ya había elegido mis discos favoritos del 2016. De haberlo hecho antes, "I-Optikon" hubiera ido directo a mi top 20 del año pasado.

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Earsplit PR

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