domingo, 23 de abril de 2017

Altar of Betelgeuze - Among the Ruins


Año: 2017
Sello: Trascending Obscurity Records
País de origen: Finlandia

Hace unos años tuve la chance de escuchar y reseñar el primer disco full de éste grupo finés, una pieza muy bien lograda, editada por Memento Mori, y titulada "Darkness Sustains the Silence". En la misma, el grupo oriundo de la tierra de bandas como Impaled Nazarene, Beherit y Abhorrence, mostraba una propuesta claramente enfocada en lo que conocemos como Doom/Death, con influencias de los viejos My Dying Bride colisionando con partes aceleradas dentro de la más pura esencia del Death finés, y metiendo, ocasionalmente, arreglos dignos de una banda de seguidores de Black Sabbath. Ya por aquel entonces (año 2014) se decía que Altar of Betelgeuze coqueteaba con el Stoner, dando paso al surgimiento de una nueva etiqueta o subgénero. Pues bien, para este segundo larga duración, y tercer trabajo en la carrera del grupo si contamos el EP de 2012 "At The Shrine of Light", la parte Doom más tradicional del grupo se ha potenciado y mucho, pero mucho. De hecho, queda poco del Death Metal ominoso que aparecía anteriormente en la obra del grupo, o mejor dicho, ahora aparece en contadas ocasiones.
Ahora sí, y aunque no creo que sea necesario hacerlo, la banda usa la etiqueta Stoner Death Metal, algo que no es ni descabellado ni 100% acertado. Es que, si bien hay elementos sabbathicos que pueden hacer pensar en la palabra stoner para incluirla en la conversación, lo concreto es que el Death Metal se reduce al trabajo vocal de Matias Nastolin (bajista y cantante), quien aporta los growls propios del género (el Death Metal), y algún que otro pasaje musical de densidad virulenta, algo propio del Death Metal más arrastrado. Sacando esos detalles, "Among the Ruins" es más Doom Metal que otra cosa. Es más épico que violento, y más sentimental que colgado. Eso sí, más allá de las características musicales que hacen que se pueda usar una etiqueta u otra, "Among the Ruins" es un buen disco.
Hay canciones como "Sledge of Stones" (mi favorita) en donde la voz clara de Olli Suurmunne (guitarrista y responsable de las vocalizaciones limpias) alcanza un nivel de expresividad fabuloso, insertado dicho tratamiento vocal en medio de una canción que tranquilamente podría haber sido firmada por Khemmis o Solitude Aeternus. Por cierto, dicha pista está muy lejos de cualquier conexión con el Death Metal. Es más, pocas partes en el disco en su totalidad, tienen algo que ver con ése género, sacando de la discusión las ya mencionadas entonaciones guturales de Matias, o algún riff o ritmo.
Repito, tampoco es para darle mucha importancia a esto. El disco es muy recomendable, la banda suena cada vez más afianzada en todo aspecto (la propuesta, el sonido, las performances individuales y grupales), y están consiguiendo amalgamar tres formas de hacer música pesada sin perder el rumbo ni sonar a mezcolanza sin sentido. Lo hacen bien, y ya lo venían haciendo bien. Eso sí ¿es necesario inventar una etiqueta nueva, justo cuando uno de los elementos que antes eran esenciales, comienza a ocupar un lugar menos importante en el estilo del grupo?

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