martes, 28 de abril de 2015

Strigaskór Nr.42 - Armadillo


Año: 2015
Sello: Hellthrasher Productions
País de origen: Islandia

Pero qué hermosa sorpresa! Mi amigo Pawel, del sello polaco Hellthrasher Productions, me mandó un email con el link para descargar este disco. De entrada, sentí una atracción irracional hacia esta banda, pues el nombre de la banda, y el nombre del disco también, me hacían presuponer que no estaba ante un disco de Metal Extremo. Esto prometía estar lejos, muy lejos del material que solemos reseñar de dicho sello. Antes de ponerme a escuchar el disco, busqué información, y me encontré con detalles que me entusiasmaron. Resulta que Strigaskór Nr.42 comenzaron como un grupo de Death Metal, mas fueron evolucionando sin parar, hasta convertirse en una entidad con un estilo y una personalidad que nada, pero nada tiene que ver con el Death Metal. Y, a juzgar por los resultados obtenidos en este segundo opus (el primero se llama "Blót", del cual escuché muy poco como para tener una opinión) la jugada les salió bien, demasiado bien. Es que "Armadillo" es un paseo alocado por estilos que se fusionan entre sí, siempre fuera del mundo del Metal, aun cuando los islandeses estos gusten de introducir sonidos pesados en medio del excitante rodeo sonoro al cual nos someten desde un principio. Post Punk (la influencia de Mission of Burma, e incluso de Gang of Four, aparecen en varios pasajes del disco), Funk febril y frenético, con reminiscencias de lo que alguna vez se conoció como Punk Funk. Industrial, Noise, Psicodelia, Punk, elementos folclóricos propios del país del grupo apareciendo, ocasionalmente, para dar un toque menos retorcido a un disco lleno de momentos desequilibrantes. Las guitarras de Gunnar y Hlynur (este último también canta y toca el piano) se trenzan en arreglos que los encuentran yuxtaponiendo melodías diferentes, pero que se funden como si fueran una sola cosa. Meten ruido y melodía, indistintamente, abren el abanico de posibilidades sonoras sin temor al ridículo. El bajo de Kjartan toma cosas del Punk, del Funk, del Post Punk, de todo lugar del cual pueda extraer pulsos que oscilen entre lo ferozmente intenso y lo elegante, pues jamás pierde su sobriedad, su elegante sobriedad. Ari es un baterista contundente, firme, variado y preciso, y junto a Kjartan, conforman una base rítmica tan fluida como poderosa, sobre la cual se erigen melodías que pasan de lo extraño a lo melancólico, a lo agresivo, a lo alegre, a lo ruidoso, y así por cuanto estado se les ocurra. Y no quiero olvidarme de la utilización de instrumentos de viento, todo un acierto.
Todo el disco me parece una maravilla, pero canciones como "Adanac" (mi gran favorita, con ese riff de guitarra que sirve de soporte para que la primera guitarra juegue con un punteo adictivo hasta la locura) y el track que abre el disco, el cual es, a su vez, el que da nombre al álbum, me dejan en un estado de fascinación irracional que no puedo describir con palabras. Mas no hay que perder de vista que "Armadillo" es un gran disco, y que cada pieza es fundamental en el armado del total del álbum. Un álbum que, por cierto, fue lanzado originalmente en el año 2013, de manera independiente, y que ahora, gracias a Hellthrasher Productions, está al alcance de todo el mundo. Ahora, si me disculpan, voy a seguir escuchando esta piedra preciosa.
Dato extra: si la información que me dieron es precisa, el nombre del grupo, traducido al español, sería "Zapatillas Nro. 42".

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