Año: 2014
Sello: Selfmadegod Records
País de origen: Polonia
Brutal Death en estado puro, sin rodeos ni aditivos ajenos
al estilo. Esto es Death Metal ejecutado con toda la bestialidad y la ira del
mundo, responsabilidad de 3 tipos que están lo suficientemente enojados como
para desatar semejante caos sonoro. Pierscien en guitarra, voz y bajo (a quien
seguramente conocés de bandas como Dead Infection, Squash Bowels y Neuropathia.
En estas 2 últimas bandas ya no toca más el blondo guitarrista), junto a Thomas
(guitarra, ex Neuropathia) y Bartosh en batería, son los culpables de que este
atentado se cometa, dejando un reguero de sangre y cuerpos desmembrados en el
camino. El disco comienza con el grupo atacando a 1000 km por hora, y termina
de la misma manera. Y está bien que así sea, pues esto es Brutal Death, sin
toques de Slamming Brutal Death y sus breakdowns, ni nada que se le parezca. En
todo caso, hay alguna parte en la que vas a encontrar conexión con el Grindcore
más oscuro, pero nada más. Hay rebajes, claro que los hay; pero son rebajes muy
directos y completamente alejados de los breakdowns, y, en todo caso, son un
nexo –intenso, muy intenso- entre una parte rápida y el siguiente blast beat.
De hecho, gran parte del disco está dominado por los inhumanos Blast Beats
tocados por Bartosh, quien hace uso y abuso tanto de su destreza como de su
visceral energía. Pierscien escupe riffs lacerantes, como si su guitarra fuese
un lanzallamas, mientras vocaliza con voz podrida y profunda acerca de
aberraciones varias. Thomas es parte esencial del todo, una herramienta más
dentro de la maquinaria destructiva que Incarnated.
¿Mejores canciones? Este es un disco sin altibajos, ni hay
canciones sobresalientes. Todo el disco es bueno, todas las canciones son
brutales, aquí no hay nada de relleno. “Try Before Die” aniquila de principio a
fin.
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