Año: 2013
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Italia
Ragestorm es una de esas bandas que suelo escuchar en
momentos puntuales. Al ser la clase de grupo que yo escucho habitualmente,
necesito encontrarme en un instante preciso, y en un estado de ánimo particular
para poder apreciar su música. Algo similar me sucede con bandas como
Dew-Scented, Heaven Shall Burn o The Crown. ¿Por qué nombro a esos grupos?
Porque por ahí viene la cosa. Es esa clase de Death/Thrash melódico que, por
momentos, coquetea con el Death sueco menos cavernoso. Por supuesto, cada instrumento está tocado como debe ser, fluctuando
entre la prolijidad y la agresividad, pero siempre pensando en el Todo, y no en
el lucimiento individual. Por supuesto, los integrantes de Ragestorm están
capacitados para lucirse, pero prefieren poner su talento al servicio de la
música. Música que resulta atractiva incluso para aquellos que preferimos
escuchar cosas más brutales y crudas. Pero resulta que Ragestorm cuentan con
una buena dosis de agresividad, fusionada con melodías que son utilizadas de
forma inteligente, puestas en el lugar preciso, y que por eso jamás cansan a un
oído tan poco acostumbrado a escuchar bandas Extremas que convierten a la
melodía en el enemigo a vencer. Creo que, en el caso de este grupo, si debemos
buscar un responsable principal, no lo vamos a encontrar, pues estos italianos
trabajan en conjunto, se mueven en bloque, todos compenetrados en lo que
quieren hacer (y hacen, en definitiva). Por eso creo que resulta estúpido
resaltar la labor de un músico por sobre otro, pues hacerlo sería cometer una
injusticia con el resto de la banda.
Quizás lo único que me cansa de este entretenido “The Thin
Line Between Hope And Ruin”, es su duración. Poco más de 50 minutos de
Death/Thrash melódico me resulta demasiado largo; tal vez 10 minutos menos
podrían hacer que este disco me mantenga pegado al mismo hasta el final. Pero,
claro, es tan sólo mi opinión, la opinión de un tipo que acostumbra a desangrar
sus oídos a base de ruido y más ruido. Y, al fin y al cabo, Ragestorm no tienen
porque satisfacer mis caprichos/necesidades. Es su banda, ellos confían en sí
mismos y, por lo que aquí se escucha, disfrutan de hacer lo que hacen. Tal vez
esto último sea el motivo por el cual este primer full lenght de Ragestorm me
resulta tan agradable.
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