Año: 2013
Sello:
Venal Producciones
País de
origen: Argentina
Evolución
sea tu nombre. Desde el primer disco, llamado “Obras de una Mente Enferma”,
Eternal Grave ha dado sobradas muestras de no querer estancarse, de querer
crecer disco a disco. Con este tercer disco full, ya no quedan dudas: Eternal
Grave siguen creciendo. De hecho, el salto de calidad dado conseguido para
crear y grabar este disco, no los pone en el siguiente escalón ascendente, sino
dos escalones por encima de sus antecesores. O sea, Eternal Grave han creado su
mejor opus hasta la fecha, y dudo que alguien pueda opinar lo contrario. El
debut me parece un trabajo interesante, pero no descollante. Es homogéneo, sí;
mas no me parte la cabeza. En “Arquitectura del Horror” encontramos a un grupo
más poderoso, jugando con estructuras más retorcidas, manteniendo la identidad
que pusieron de manifiesto en el debut, pero más maduros y brutales. En este
“Antología de la Perversión ”
todas las virtudes han sido potenciadas, todo lo que antes resultaba Bueno,
aquí llega al nivel de Muy Bueno. El sonido, las performances de los músicos,
y, en especial, las composiciones. Se ajustaron todas las tuercas, pulieron
todo lo que había que pulir, y, teniendo en cuenta los resultados obtenidos,
acá hubo un trabajo de superación, de autoexigencia individual y grupal, que
han posibilitado que EG se superen a sí mismos.
Uno de los
puntos más altos es la tarea de Ariel Martinez en batería, una verdadera
bestia. Preciso, brutal, contundente, Ariel hace de la sobriedad y la fuerza
una combinación letal. Lo de Diego Cortese también merece ser resaltado. Sus
riffs explotan a lo largo y lo ancho del disco, y cuando tiene que meter un
solo, pone de manifiesto que lo suyo no pasa por meter mil notas por minuto,
sin sentido alguno. Toca lo que la canción necesita, ni más ni menos. Marcelo
Parolo cumple con una labor impecable, y Yamil Yovine grita, regurgita,
enloquece y atemoriza con su vozarrón. Sí, todos dan lo mejor de sí para que
esta placa no tenga desperdicio. Alguno podrá decir que los Eternal Grave
siempre han dado lo mejor de sí. No lo dudo ni lo discuto. Pero evolucionar,
crecer, implica aprender a dar cada vez más de uno mismo, empujándose a superar
las propias limitaciones, exigiéndose ser mejor que ayer, y aprendiendo a sacar
provecho de todo lo que se ha aprendido en el camino. Todo esto es aplicable a
la nueva obra de un grupo que siempre me gustó, pero que ahora me parte la
cabeza. Pero y más allá de mi opinión, nadie puede negar que hoy por hoy,
Eternal Grave están mejor que nunca. “Antología de
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