Año: 2012
Sello:
Autoproducido/Independiente
País de
origen: Chile
Hace unos
días atrás, un amigo fue a mi casa, a visitarme. Cuando llegó, yo me encontraba
escuchando este disco por segunda vez consecutiva. Mi amigo, sorprendido por la
calidad del material que me encontraba escuchando, comenzó a prestar atención a
lo que salía por los parlantes. Mayor fue sorpresa cuando le dije que la banda
es cuestión es de Chile. Seamos sinceros: mi amigo (a quien no voy a nombrar)
poco y nada sabe acerca de la escena del Metal Extremo chileno. Si la conociera
más y mejor a dicha escena, no se hubiera sorprendido ante cada fulminante
ataque sonoro de Beelzebuth, banda de Black Metal que recomiendo agendar, pues
creo que van a dar que hablar.
Yo, por mi
parte, no me sorprendí al escuchar a esta ascendente banda, pero si puedo decir
que he disfrutado escuchando esta placa. Disfruté (y disfruto) de los riffs y
punteos cargados melodía y furia en iguales dosis, además de trazar siniestras
figuras en el aire con cada arreglo, con cada sucesión de acordes o punteo
tocado a mil por hora. Disfruté de los ritmos, del tratamiento que le han dado
a los mismos, sin descollar, pero poniendo todo en su lugar, y siendo
ejecutados estos ritmos con una energía que aplasta. Y, especialmente, he
disfrutado muchísimo de canciones puntuales, en las que los chilenos sacan a
relucir una capacidad encomiable para manejar los climas, crear melodías épicas
y arremeter con furia incontrolable. Para ser más puntual, esas canciones son
“Perversión Cristiana”, temazo épico, emotivo y violento que se erige como lo
mejor del disco. Ahí nomas –en cuanto a calidad- está “Inocencia Perdida”,
canción en la que Caroline Díaz aporta su prístina y encantadora voz,
contrastando con la clásica voz blacker del grupo. Y lo mismo podemos decir de
“Odio”, con un nuevo (y genial) aporte vocal femenino, más un exquisito pasaje
acústico que sirve para confirmar algo que queda en claro desde el principio:
estos tipos son buenos músicos. El resto del disco mantiene un nivel parejo,
para nada deslumbrante, pero sí sumamente atractivo. Personalmente, lo que más
me atrae de Beelzebuth es la capacidad que tienen para crear melodías que
concuerdan plenamente con lo que se pretende transmitir, sin caer en lo vulgar
ni en lo rebuscado, sonando justos y ajustados. Además, la postura
anticristiana y satánica del grupo me resulta totalmente creíble, al contrario
de muchas bandas carentes de virtudes artísticas, y que buscan ocultar sus
defectos debajo de un manto de satanismo recalcitrante y sin sentido. No es
este el caso, pues los muchachos estos apuntan a hacer música con seriedad, sin
caer en la pose artificial. Además, y esto no es un dato menor, el sonido es
bueno, y las interpretaciones, como ya dije, son realmente logradas.
Así que ya
saben, fanáticos del Black Metal a la Dark
Funeral /Infernal, y del Black Metal en general, si andan
buscando un grupo sudamericano que practique este tipo de música, y que lo haga
con calidad, Beelzebuth es un nombre a tener muy en cuenta. No sería extraño
que terminen tocando en algún festival europeo. O editando discos a través de
sellos del Viejo Continente.
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