Año: 2013
Sello: Ferrous Blood Productions
País de origen: Inglaterra
Por una cuestión de respeto a su historia, el Black inglés
nunca debió haber aceptado en su seno a un grupo como Cradle Of Filth. El país
que vio nacer a Venom debería haber rechazado de plano que un grupo tan
sobredimensionado y artificial use la etiqueta Black Metal. No es que en
Inglaterra esté prohibido que las bandas de Black Metal experimenten, aporten
nuevas ideas y arriesguen. Me parece perfecto eso, y lo apoyo. A lo que voy es
a otra cosa. A lo que me refiero es al legado de Venom, y a la necesidad de
tener bandas que mantengan ese legado vivo. Rotting Bull cumplen con esa
función, y lo hacen con mucha dignidad. Lo hacen sosteniendo la esencia del
género intacta. Sonido sucio, reventado, frío y malvado. Composiciones que van
directo al hueso, sin florituras, sin ambages, sin siquiera detenerse a pensar
en agregar arreglos modernos o pretenciosos. La voz (o las voces, pues no sé si
en Rotting Bull hay uno o varios cantantes) es asquerosa y perversa, y se
escucha emergiendo desde el mismísimo averno. Sí, ya sé: a todo esto lo leíste
antes. Y, seguramente, a esto lo escuchaste antes. ¿Y a quien le importa eso?
Estamos hablando de Black Metal, ni más ni menos. No estoy hablando de la
NUEVA GRAN COSA, sino de un género que
nació hace más de 30 años, que apareció en el universo musical con el propósito
de destruir todo, de llenar de vicio y maldad el mundo del Metal, y que tomó
parte de su bagaje musical del Punk y su desprolijidad. Rotting Bull saben que
esto es así, y aman que así sea. Por eso pisan el acelerador, sacan toda la
mierda a la superficie, y que se joda el mundo. Lo tomas o lo dejas, así de
corto. El Black Metal no es música para almas sensibles, no es música para
idiotas pseudos-románticos que sueñan con ser vampiros, ni es música hecha para
agradar. Es la música más impía, desalmada y maligna que jamás haya existido.
Por eso este nuevo trabajo de los misteriosos Rotting Bull no puede, ni debe
ser catalogado bajo ninguna otra etiqueta que no sea la que ya hemos nombrado
varias veces aquí: Black Metal. Por cierto, lo de misteriosos viene a cuento
porque nadie sabe quienes son estos tipos. Y, a decir verdad, mientras sigan
regalándonos trabajos tan crudos como este, los nombres de los responsables sigue
siendo algo secundario.
Dato extra: originalmente, este trabajo de RB se consigue como split tape, compartido con Blood Division.
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