Año: 2009
Sello:
Spinefarm Records
País de
origen: Inglaterra
En estos
últimos 10 años, el Black Metal se ha diversificado a más no poder. Un montón
de ramificaciones le han insuflado sangre rejuvenecedora a un género que
necesitaba ampliar sus márgenes. A su vez, estilos que de Black Metal tienen
tanto como yo de chino, han aparecido en el panorama mundial, haciendo que
uno se pregunte si no se está utilizando la etiqueta Black Metal para rotular
cualquier cosa. Como dije un poco más arriba, el Black Metal necesitaba ampliar
su horizonte, para no caer en el estancamiento que, a la larga o a la corta, le
provocaría la decadencia. Sin embargo, es absolutamente necesario que sigan
apareciendo bandas que mantengan viva la llama del más impío y clásico Black
Metal. Algunos lo llaman Trve, otros
lo llaman Grim o Nekro. Como sea, es fundamental que ese Black Metal, aquel que
comenzó a forjarse en los 80s, y terminó definiéndose en los 90s, permanezca
vivo y activo. Por eso es absolutamente necesario que bandas como Blutvial
existan. Es imprescindible que bandas tan salvajes y extremas salgan ahí
afuera, y pateen culos, pisen cabezas y rompan huesos. Creo que el Black Metal
no puede, ni debe prescindir de este tipo de bandas, pues, al fin y al cabo, el
Black Metal es, en su más pura esencia, esto que hacen los ingleses de
Blutvial. El Black Metal es misantropía, voces rasgadas llenas de maldad. El
Black Metal es velocidad infernal, guitarras escupiendo riffs incendiarios y
frío congelante. El Black Metal es El Mal, y Blutvial encajan a la perfección
dentro de esa categoría. En 51:42 minutos, los británicos irradian violencia y
misantropía hasta dejarte exhausto. Casi una hora de Black Metal en la línea de
Gorgoroth, Horna, Mayhem, el primer Burzum (cuando Varg aun disfrutaba de tocar
Metal) y el Darkthrone de aquellos clásicos de los 90s. O sea, puro y
endemoniado Black Metal que arranca a toda velocidad, y así se mantiene durante
los 3 primeros temas. Recién con “1584”, el cuarto track, bajan la velocidad,
jugando con acordes lánguidos y un ritmo denso y lento que los pone más cerca
del Doom más macabro que del Black. Inmediatamente vuelven a pisar el
acelerador a fondo, pero ahora con más variantes, mayor presencia de melodías
oscuras y melancólicas, sin perder jamás de vista la esencia del género. Dicha
melancolía logra su pico máximo en “Hiraeth”, una de esas canciones amargas
pero cautivantes que tan bien le salían al recordado Dead (sí, el de Mayhem).
Y así
llegamos al final de este muy buen álbum, ideal para que el fan del más puro
Black Metal se regocije hasta eyacular, y para que aquel que se alejó del Black
tradicional, se acerque de nuevo al estilo y recuerde cuanto placer le
producían en los 90s aquellas grabaciones crudas, que parecían haber sido grabadas
en una caverna o en un calabozo, y no en un estudio de grabación. Blutvial nos
regalan casi 52 minutos de Black Metal del bueno, del que jamás debe
desaparecer. Y lo hacen con un disco altamente recomendable.
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