domingo, 23 de septiembre de 2012

Forest Of Shadows - Six Waves of Woe

Año: 2008
Sello: Firebox records
País de origen: Suecia

Cuanta clase. Cuanto buen gusto. Cuantas ideas geniales puestas al servicio de la música, y no del lucimiento personal. Cuanta calidad para hacer uso de los recursos que se tienen a mano, economizando, poniendo todo en el lugar en el que debe estar cada cosa, en el momento justo. Cuanta sencillez en la complejidad de las canciones. Cuanta complejidad escondida detrás de la sencillez de las composiciones. Qué facilidad para engañar al oyente, haciéndote creer que va a ir para un rumbo, para luego demostrarte que no era necesario ir hacia ese lugar, pues las canciones no son concebidas como un camino previsible, sino como una búsqueda interna que encuentra en la música el medio para encontrar eso que se busca. El camino que se elige para llegar hacia ese lugar, es una consecuencia de la búsqueda interna y no al revés. Que la música sea Doom melancólico, sofisticado e intenso, es parte de esa búsqueda. Que haya voces podridas que emparenten la propuesta (por momentos) con el viejo Doom Death del mejor Paradise Lost, es parte de esa búsqueda. Que el gran Niclas Frogahen se permita usar baterías programadas, y se permita usarlas de manera tal que, por instantes, las atmósferas recuerden a Massive Attack o Portishead, es parte de esa búsqueda. Que el Post Rock sea un elemento que aporte esas pinceladas melodramáticas tan intensas y emotivas, que hacen que el talentoso músico se explaye con pocas notas, pero utilizando el crescendo para llevar la sensibilidad al límite sin la necesidad de cambiar lo que toca (en todo caso, cambia cómo lo toca), es parte de esa búsqueda. Que por momentos recuerde al mejor Katatonia es casual, no es premeditado. Ambas bandas transmiten cosas similares, pero no las mismas. Quizás ambos estén buscando lo mismo, o quizás hayan cruzado sus caminos, nada más que eso. Además ¿qué importan esos detalles cuando canciones como "Selfdestructive" y "Deprived" hacen que tu resistencia se derrumbe, y caigas rendido ante las bellas melodías que Niclas compuso y tocó con el alma? No, no importan los detalles. Importa la música, sólo la música. Y si hay algo que acá hay de sobra, es justamente eso, música. Música para escucharla solo, sin que nadie te interrumpa. Música para que se te ponga la piel de gallina. Música, gente, música.

Las sombras

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