Año: 2012
País de
origen: Estados Unidos
Sello:
Autoproducido/Independiente
Hace poco,
unas semanas atrás, Mauro Córdoba (del grupo Maruta) me hizo escuchar esta
banda. Me encantó lo de Absvrdist a primera oída. Escuché pocos temas, pero lo
poco que escuché hizo que mi cerebro explote. Cosas que tiene la vida, a los
pocos días me pasan el disco entero para que lo escuche y lo reseñe.
Inmediatamente me puse a escucharlo, con la memoria aun reteniendo los
explosivos sonidos que ya había escuchado, sonidos emitidos por esta misma
banda. Me dije “ok, si el disco entero está mejor que lo que ya había escuchado,
pues entonces tiene que ser algo demoledor”. Y lo es. Tan sólo 26 minutos y 15
segundos les lleva a estos texanos hacer mierda todo. Y es como debe ser: corto,
palo y a la bolsa. Atacan con su Grind voluminoso, volátil, que flirtea con el
Power Violence constantemente, algo de D-Beat por ahí, pero que posee un toque especial, que hace que Absvrdist sean una banda para no
perder de vista, de ahora en más. Hay elementos propios del Black Metal
colándose en varios pasajes, dotando a la obra completa de una oscuridad y un
dejo de misantropía que calzan como un guante en la propuesta de la banda.
Riffs, atmósferas, y algún que otro corte rítmico, dejan entrever que el buen
Black se encuentra dentro del menú que suelen tener como favorito éstos
geniales muchachos de San Antonio. Eso es justamente uno de los puntos álgidos
del disco, pues con esa inteligente mezcla, los Absvrdist logran cierto nivel
de originalidad que no es muy habitual en bandas que recién dan sus primeros
pasos.
15
canciones que se suceden como un torpedeo incesante, destacándose la
impresionante “Amongst Humans”, canción en la que alcanzan el pico de violencia
y calidad. Pero todas, absolutamente todas las composiciones son muy
recomendables y disfrutables. Es que este parece ser un material pensado para
ser tocado en vivo, en el orden en el que se encuentran editadas las canciones.
De hecho, escuchar “Illusory” e imaginar un concierto de estos salvajes van de
la mano. Es un disco que transmite ese fervor, ese calor infernal tan propio de
un concierto ultra-under. Se respira esa intensidad, ese vigor que hace que la
adrenalina corra a mil por hora, al ritmo de la batería, al son de la guitarra
y el bajo. Se percibe esa rabia incontenible que incita a gritar, con las venas
a punto de estallar, cada jodida estrofa. Eso es lo que transmite este
excelente disco, que, desde ya, es de escucha obligatoria para todo verdadero
fanático del buen Grind, Power Violence, y todo lo que que suen de manera
similar. Ah! Y trae esa yapa, ese toque blacker que les queda muy, pero muy
bien. Discazo.
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