Año: 2007
Sello: Candlelight Records
País de origen: Noruega
Cada vez que escucho Furze, o leo una entrevista a su mentor, el señor Woe J. Reaper, me siento un poco desconcertado. Desconcertado por las declaraciones que hace, por los términos y etiquetas que usa al hablar de música. Porque a veces parece estar desvariando, y porque no sé si está hablando en serio, si es lo suficientemente inteligente como para que yo no entienda lo que dice, o si es simplemente un idiota que pretende ser distinto al resto diciendo huevadas. Musicalmente la cosa no cambia mucho, sólo que en este caso, suelo disfrutar de su tan peculiar manera de mezclar Black con Doom. Si bien es cierto que la fusión de ambos géneros no es ninguna novedad, y de que varios grupos lo hicieron antes, lo cierto es que esa mezcla siempre ha sido más de índole Depresiva, metiendo el Black en el Funeral Doom y viceversa, o bien cruzando la etapa más dumbeta del primer Katatonia con el Black más frío y desesperante. Pero Furze, cuando no, no quiere hacer lo que hacen los demás, y en ese caso, resulta encomiable la actitud del noruego. Es que cuando el tipo se tira para el lado del Doom, lo hace homenajeando al viejo y querido Black Sabbath, al de la etapa de Ozzy, o sea, aquel Black Sabbath. Así pues nos topamos con instantes de caos blacker, no exentos de locura psicodélica, y de repente, nos metemos en el túnel del tiempo y nos encontramos en los 70s, así, sin escalas. A veces esas rupturas son geniales, en otras, desconcertantes. Pero siempre se resalta algo: la audacia del tipo y la convicción de Reaper para hacer lo que se le canta. Luego, si al oyente le llega o no la música de Furze, es otro tema. A mi, por lo pronto, me gusta tanto como me desconcierta.
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