martes, 27 de diciembre de 2011

Foetus - Hole


Año: 1984
Sello: Self immolation / Some Bizzare
País de origen: Australia

Pionero en esto de la música Industrial, Foetus es una especie de gurú en el género, sentando bases y lineamientos a seguir desde hace décadas, influenciando, entre otros, a gente como Trent Reznor y hasta Ministry (recordemos que Ministry comenzó como un grupo de Synth Pop). Nacido bajo el nombre de Jim George Thirwell, el australiano nacido en Melbourne se ha caracterizado por ser un vanguardista, amante de la experimentación, sí, pero propenso a transitar los caminos más sórdidos y alienantes en dicha experimentación. Agresivo, audaz, cínico, perverso, extremadamente jodido, lo de Thirwell fue desestabilizador desde un principio, ya sea en sus incursiones junto a The Soft Cell, o bien colaborando con la genial Lydia Lunch, todo esto bajo el monicker de Clint Ruin. Acá hay una constante en gran parte de la carrera de Foetus: los cambios de nombre. Foetus Under Glass, You've Got Foetus On Your Breath y Scraping Foetus Off The Wheel (nombre que usa en este disco que hoy posteamos) son algunos de los nombres que usó hasta que se decidió por Foetus a secas.
Pero vamos al disco en cuestión, y dejemos de lado toda esta data introductoria. “Hole” es uno de mis discos favoritos de este singular artista, por razones varias. Creo que sin ser un disco que contenga guitarras metálicas (algo que usarían en parte de la obra de los 90s) “Hole” es una obra muy agresiva, casi violenta, en donde los climas opresivos perturban insistentemente al oyente. Como contraste, encontramos ritmos bailables, más no por eso accesibles a simple oída. Se trata de una locura que conjuga ritmos de tinte afro con maquinas frías e insensible, armonías para nada convencionales, la retorcida voz de Thirwell, y una actitud irreverente muy Punk, o Cyber Punk, si prefieren. Por ejemplo, se atreve a coquetear con el Blues, algo de Funk enfermizo que aparece de entre las tinieblas, mucho ritmo para bailar frenético, y como dije, percusiones que se transforman en lo opuesto a lo que conocemos de las percusiones afro, gracias a la intervención de máquinas que desvirtúan el origen de dichos ritmos, transformándolos en algo completamente insano.
Les recomiendo que escuchen este disco con mucha atención, varias veces, de ser posible, y tratando de no dejar pasar los detalles sonoros/compositivos que adornan a cada una de las piezas que componen ese todo llamado “Hole”. Si no te va el Industrial, es probable que te cueste acceder al espíritu de la obra; pero, si este tipo de sonidos son lo tuyo, pues adelante nomás.
    

No hay comentarios: