domingo, 4 de septiembre de 2011

Uriah Heep - Salisbury

Año: 1971
Sello: Vertigo records
País de origen: Inglaterra

Las razones por las cuales Uriah Heep quedó relegado a un segundo plano, detrás de Deep Purple y Led Zeppelin, es algo que no tiene explicación lógica. Con un talento que no merece discusión, una inventiva excepcional y con varios discos superlativos sobre sus espaldas, la fabulosa banda británica debió conformarse con ser tan sólo un grupo de culto. "Salisbury", una joya que sigue vigente 40 años después de su edición, debería ser revisada por todo aquel que se precie de ser no sólo un fan del Rock Duro, sino por todo el que disfrute de la buena música en general. Es que cualquier disco que contenga himnos como "Bird Of Prey" (las voces recuerdan a Queen de la etapa más rockera y setentosa, pero con un fondo musical que no tiene nada que envidiarle al Deep Purple de la época), el hard rockero "Time to Live" (aquí el teclado de Ken Hensley, la guitarra de Mick Box y la bellísima voz de David Byron, crean un diálogo sensacional) o la extensa "Salisbury", jamás podría ser considero como "disco de culto" y solamente eso. Ya con esos 3 temazos "Salisbury" debería figurar en cualquier antología rockera, y ya que estamos, debería ser calificado de "Obra Maestra del Rock", una pieza histórica monumental e infaltable en cualquier colección. Pero claro, falta citar a dos piezas colosales, de esas que conmueven y hacen que uno no pueda resistirse. Primero que nada, escuchar "The Park" y no sentir que la calidez de tan exquisita canción no te atrapa, es sinónimo de estar muerto. Pero aun falta LA CANCIÓN: "Lady In Black". Con su textura que nos hace imaginar un fogón en medio de una noche medieval, Byron nos relata una historia antiquísima, con voz de terciopelo, apoyado sobre deliciosas guitarras acústicas (cuenta la historia que 2 de las guitarras acústicas que se escuchan, fueron tocadas por roadies) y una base que invita a acompañar con las palmas o el pie, o ambos. El coro merece ser sentido a flor de piel, mientras la piel del escucha se eriza por culpa de la emoción.
Y basta, no puedo ni debo seguir. Es que no tiene sentido deslizar ni un sólo comentario más, cuando la música es el idioma que debe hablar. Y la música de Uriah Heep es un idioma que todos podemos entender, y disfrutar lo que ese idioma dice es algo obligatorio.

No hay comentarios: