Año: 2002
Sello: Prank records
Por un lado, los Dioses absolutos del Power Violence: Dropdead. Por el otro, la que tal vez sea la mejor banda de D-Beat que haya salido de Suecia desde Anti-Cimex: Totalitär. Junto editaron un split que tranquilamente podría hacer volar en mil pedazos un país entero.
Dropdead, desde 1990, gritando con furia inusitada su descontento en contra de un sistema al cual consideran (no en vano) cruel, injusto y decadente. Con explosiones sonoras que por momentos quedan a la par del Grindcore más corrosivo de Assück y otros por el estilo (aunque sin voz gutural), los norteamericanos arremeten una y otra vez, manteniendo la bandera del Power Violence en alto, pero sin perder de vista que, más allá de la etiqueta, lo importante es el mensaje. La música, jodidamente violenta como pocas, es el medio para decir cuantas verdades puedan decir en el menor tiempo posible. Un dato para los fans de los geniales Converge: Kurt Ballow, guitarrista de Converge, mezcló e hizo de ingeniero en el lado de Dropdead.
Por el otro lado tenemos a los geniales Totalitär, dignos hijos de Discharge, Anti-Cimex y otras glorias del D-Beat y el Crustcore. Como buenos suecos que son, hacen gala de un sonido abrasivo, durísimo y letal. Van al palo, con alguna ocasional bajada de tempo, pero que inmediatamente se vuelve a transformar en un malón sonico demoledor. O sea, Crust/D-Beat del más puro.
Creo que cualquier cosa que agregue de ahora en más, está de más. Las bandas ya están presentadas, ya saben lo que hacen, y el disco está a disposición de ustedes, mis amigos.
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