sábado, 12 de septiembre de 2009

MC5 - Kick Out The Jams


Año: 1969
Sello: Wea/Elektra
40 años, si, 40 años pasaron desde que este inmortal clásico salió a la venta. Y aun suena como si lo hubieran grabado anteayer, y lo hubieran editado ayer. Eterno, el tiempo no hace mella en esta belleza pues, al ser eterno, el concepto de tiempo desaparece. Pueden pasar siglos enteros, varias guerras nucleares, el hombre mutar en una nueva especie, y "Kick Out The Jams" seguirá vigente. Desde esa arenga inicial, incitando al público a pensar por sí mismos, y a tomarse 5 segundos para pensar, e iniciar una rebelión de la puta madre, hasta el caos sonoro final, es un disco perfecto, sin fisuras. Rob Tyner con su voz llena de sentimiento y rabia, atreviéndose a gritar "Motherfucker" en pleno apogéo flower power, en un tiempo en el que era una sentencia de muerte para el grupo decir algo así. Las violas del enorme Wayne Kramer y Fred Sonic Smith son una muralla que se derrumba sobre una audiencia estupefacta, aplastando a miles de fanáticos con acordes que estremecen, acoples que se meten por cualquier resquicio y una fuerza que podría hacer volar el universo en mil pedazos. Michael Davis toca su bajo como si fuera el corazón del grupo. El pulso rítmico es aquí una definición exacta. Y la batería, a cargo del sacado de Dennis Thompson, pega, pega y pega, y pega donde duele. Dejan la vida en cada tema, salen a matar, innovan y crean géneros en cada acorde, cada estrofa. De acá no sólo nació el Punk: fueron la primer banda en ser catalogada como Heavy Metal. Sí, los oriundos de Detroit se adelantaron a todo y todos. Y como si esto fuera poco, el activísmo político de estos 5 Dioses, les trajo serios problemas. Encolumnados tras el White Panther Party (el apoyo blanco a las Black Panthers, movimiento político-revolucionario negro), y manejados por John Sinclair -activista, quilombero y amante de la cultura negra y la libertad a ultranza- los MC5 tuvieron problemas con la ley, la justicia, y como no, los sellos discográficos. Pero nada impidió que se transformen en Dioses Inmortales, y que editaran el disco que todo amante de la Música Dura debe tener -sí o sí- en su discografía: "Kick Out The Jams".
Grabado en vivo en 1968, en el Grande Ballroom de Detroit, esta placa sacude y emociona desde antes de apretar play. Y lo hace hoy, a 40 años de su edición.

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