Año: 2002
Sello: Prophecy Productions
Vuelven tantos grupos que casi nadie desea que vuelvan. Aparecen miles de banditas que son presentadas con bombos y platillos, recomendadas a viva voz por las discográficas y los medios, pero que en realidad, son una mierda. Que bueno sería que vuelva Empyrium y que se les de la bola que merecen y que tengan la promoción necesaria para que su bellísima obra pueda ser escuchado, y disfrutada, por cualquier individuo (con 2 dedos de frente). Porque la criatura de Ulf Theodor Schwadorf (también conocido como Markus Stock), desaparecida hace ya unos años, exuda clase, derrocha belleza, inunda el aire de melancolía. Su Dark Symphonic Folk Metal (también gustan autodenominarse como Neofolk) es un canto a la melancolía, un canto prístino de a ratos, oscurísimo por otros, elegante siempre. Son delicados hasta en los momentos más duros, y pocos se pueden dar el lujo de jactarse de poseer una virtud como esa. Desgarran el alma con arpegios que son lágrimas hechas notas musicales. Estremecen con líneas vocales solemnes, pero no ridículas; como dije, acá hay categoría. Introducen instrumentos no habituales en el Metal (Melotrón, flautas, cellos), los usan para exhaltar la belleza que ya de por sí reside dentro de su creación, y les sirve para no encasillarse. Otra virtud de Empyrium: por más que se usen etiquetas para rotularlos, éstas sólo sirven como guía para el oyente. Empyrium, en realidad, no merece ser clasificado; merece ser disfrutado.
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