jueves, 28 de julio de 2016

PanzerBastard - MotörHeathen seven inch


Año: 2016
Sello: PATAC Records
País de origen: USA

Suciedad y violencia a raudales, amigos míos. Estos tipos rockean desde las entrañas, llevan la agresión en la sangre. Tocan su música como se debe tocar: con unas bolas enormes, jugándose la piel en cada puta canción. Ya escribí acerca de ellos, más precisamente lo hice cuando sacaron un split junto a Tenebrae. En aquella ocasión dije que PanzerBastard se habían ganado un lugar de privilegio en mi vida y hoy sostengo lo mismo. Cada grabación que escucho de este combo de Boston es una verdadera orgía para mis oídos.
Siguen tocando lo que saben, lo que sienten, lo que les gusta: Metal Punk furioso, con olor a alcohol y actitud de pendencieros. Pero ¿cómo no van a mantener esa postura y ese estilo en un disco en el que, ya desde su título, homenajea al Gran Lemmy y su banda emblemática Motörhead? De hecho, ellos mismos usan la etiqueta motörcore para describir lo que hacen. Y sí, éste es el trabajo más cercano a Motörhead de todos los que han grabado. Siguen presentes sus otras influencias (ellos mismos se describen como los hijos bastardos de Motörhead, Discharge, Cro-Mags y Venom), todo está tal como siempre estuvo. Mas, en esta ocasión, y seguramente marcados e influenciados por la triste partida de Lemmy, la influencia de Motörhead está más presente que nunca.
Explota "Shaman" y no quedan dudas: el sonido del bajo, los riffs, el ritmo, todo recuerda a Motörhead, pero con la impronta propia de una banda de Boston, con todo lo que eso implica. Ya saben, en Boston tienen SU sonido, SU estilo y SU escena, y ellos se enorgullecen de ello. KPanzer (voz y bajo) y sus muchachos no se despegan de su raigambre, del espíritu de Boston, pero toman cosas de otras bandas, las ya mencionadas, para dar vida y forma a un estilo tan duro como adictivo y reconocible. Es que PanzerBastard no hacen nada nuevo, por eso resulta reconocible lo que hacen, y me importa una mierda si lo es o no; amo a esta banda.
El EP continúa y confirmo mi sentimiento hacia la música que hacen: "The Devil Wins Every Time" (¡Qué buen título!) y "Traitor" son temas rápidos, simples y memorables. El álbum cierra con la canción que da nombre al 7", o sea, "MotörHeathen", con su ritmo a medio-tempo, un estribillo que obliga a cantarlo a los gritos y arreglos tribales típicos del Hardcore callejero que le dan un toque distintivo a uno de los puntos altos del disco.
Ahora que lo pienso bien, no era necesario acotar eso de Puntos Altos. Acá no hay momentos flojos, los 4 tracks explotan en tu cara. "MotörHeathen" es lo que debe ser un disco de estas característica. oscuro, sucio, jodido y duro. Como todo lo que han hecho estos muchachos de Boston. Ojala nunca dejen de hacerlo.

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