Año: 2014
Sello: Trascending Obscurity
País de origen: Australia
Hay discos que necesitan de más tiempo que otros para ser aceptados o digeridos. El tercer full lenght de los australianos de The Dead es un disco que necesita de algunas oídas más que el resto de los discos que uno encuentra por ahí a diario, pues su propuesta dista mucho de ser algo absolutamente convencional. No quiero exagerar y decir que han encontrado la manera de crear algo absolutamente nuevo y revolucionario, pues les estaría mintiendo. Pero si me atrevo a decir que han encontrado la forma de fusionar géneros que siempre estuvieron cerca, pero que muy rara vez se han cruzado. Me refiero al Death Metal y al Sludge, aunque también podemos sumar una cuota realmente grande de Doom Death bien escabroso. El trío australiano juega a paso lento, se mueve en atmósferas densas, y convierte cualquier color en negro. Una voz de ultratumba nos ubica en el paisaje lúgubre exacto, justamente en donde ellos se encuentran (tarea llevada a cabo por Mike Yee). Las cuerdas suenan tan graves, tan pesadas, que parece que se van a desprender de sus clavijeros (responsabilidad de Adam Keleher, quien toca guitarra y bajo). Y la batería pega, lentamente, sin prisa, pero con mucha violencia (muy buena performance de Chirs Morse). Abrumador y doloroso, "Deathsteps to Oblivion" remite a los momentos más agonizantes de Crowbar, como así también a sus compatriotas de Disembowelment. Pero tampoco busquemos demasiadas similitudes con nadie ni con nada, porque The Dead, sin ser la mar de originales, hacen algo que provoca al oyente por lo jodido de su música, y por lo difícil que resulta clasificarlos con exactitud.
De cualquier manera, las etiquetas huelgan cuando la música hace lo que debe hacer: conmover o afectar al oyente. The Dead lo han logrado nuevamente, y esta vez con su mejor disco hasta la fecha.
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