domingo, 31 de agosto de 2014

Bjarm - Imminence


Año: 2014
Sello: Fono Ltd
País de origen: Rusia

Rusia es una especie de Gran Paraíso para el Metal. La caída de la Cortina de Hierro nos permitió no sólo saber qué pasaba en esa región del Globo, sino que permitió que conozcamos qué sucedía/sucede en dicho lugar del Planeta en materia de Música Pesada. Hemos visto como la escena metálica de Rusia ha ido creciendo, viendo como nacen bandas de todos los colores y estilos a lo largo y ancho del país, cómo surgen sellos discográficos especializados, festivales, y todo lo que se imaginan. La escena del Metal en Rusia hoy, es una escena respetada, amplia y sigue sacando nuevos e interesantes grupos. Bjarm vienen a sumarse a la lista de grupos a tener en cuenta. Activos desde el año 2009, este grupo oriundo de Severodvinsk busca acomodarse en el panorama internacional haciendo un estilo que tiene sus orígenes en la segunda mitad de los 90s, y que hoy, gracias a la mezcla de estilos, está resurgiendo y encontrando en los países de Europa del Este y aledaños nuevos exponentes. Me refiero a la fusión entre Metal Sinfónico y lo más Extremo del Metal. Durante años se dio bastante seguido en el ámbito del Black Metal, con resultados muy variados. Bjarm no están muy lejos del Symphonic Black, pero han incorporado cosas extraídas del Death Metal, en un intento por darle una vuelta de tuerca el estilo. Por momentos logran aportar cosas que resultan refrescantes, y por otros se pierden en medio de la pomposidad. Sin embargo, esa grandilocuencia, obtenida más que nada por el trabajo realizado por Anastasiya Angie en teclados, no resulta ser algo aburrido y asfixiante, pues los rusos buscan constantemente un equilibrio entre las partes. Nuevamente, a veces logran alcanzar el equilibrio, y por otros caen presos de su propia búsqueda. Pero van bien encaminados, saben qué es lo que quieren, y van por ello.
Yendo a lo estrictamente compositivo, destaco el contraste entre las voces de Andrey Vait y Anastasiya (sí, también canta), la firmeza de la base rítmica, algunos buenos arreglos puestos en práctica por la dupla de guitarras, y algunas melodías llenas de melancolía y buen gusto. Justamente, estas melodías encuentran su mejor forma cuando la banda decide sonar menos sinfónica, menos cargada de orquestaciones y demás. Si logran encontrar el equilibrio entre la grandilocuencia y los pasajes menos sobrecargados, entonces ahí sí Bjarm van a ser una banda para no perderles pisada. Por el momento son un grupo atractivo desde lo musical, bien encaminado, y diferentes a lo que acostumbramos a encontrar a diario.

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